ECONOMÍA
Hiperinflación: cuando los billetes se transportan en carretillas
Venezuela en 2018 y Zimbabue en 2008 son algunos ejemplos de hiperinflación. Estas son algunas explicaciones sobre este fenómeno que se traduce en un aumento de los precios y del número de ceros en los billetes.
Venezuela reemplaza los billetes en circulación por una nueva moneda dentro del proceso de reconversión monetaria con el que se eliminan cinco ceros a la moneda nacional, el bolívar. (Foto, Prensa Libre: Efe).
“Utilizando la plancha de billetes”, responde Nicolas Véron, economista del think tank europeo Bruegel. “Cuando un gobierno se queda sin dinero es difícil resistir a la tentación de usarla”.
La hiperinflación se define como un alza de precios de más de 50% en un mes. Se caracteriza por un colapso de la actividad y la creación de moneda.
“Venezuela es un caso típico: su PIB cayó en 40% desde 2015, mientras que el gobierno y el banco central crearon desde finales de 2017 un exceso de liquidez”, explica Philippe Waechter, economista de Ostrum Asset Management.
“Entonces tienes muchísima liquidez, nada que comprar, y como la moneda pierde valor no puedes importar nada”.
La hiperinflación es por lo general el resultado de un derrape de las cuentas pública, en un contexto particular, como un conflicto o un cambio de régimen.
¿Cuáles son sus consecuencias?
La hiperinflación se traduce en racionamientos drásticos, como en la Yugoslavia de los años 1990, o en comercios con estanterías vacías, como en la Venezuela de hoy.
En Venezuela, la hiperinflación podría llegar a 1,000,000% a finales de 2018, según el FMI.
El gobierno ha emitido billetes cada vez más grandes, hasta los 100 mil bolívares, antes de estrenar la semana pasada nuevos billetes, que restan cinco ceros al bolívar. El país ya conocía bien este fenómeno: hace diez años el Estado venezolano ya había restado tres ceros a sus billetes con el “bolívar fuerte”. Esta vez, se trata del “bolívar soberano”.
La economía zimbabuense no se levanta aún de su crisis de hiperinflación de 2008. El gobierno había creado un billete de 100 billones de dolares zimbabuenses, que alcanzaban apenas para comprar un pan.
Pero la palma de la peor hiperinflación de la historia es para Hungría, en donde en 1946 los precios podían multiplicarse por dos en 15 horas.
¿Cuáles son las soluciones?
Actualmente, algunos Estados con dificultades buscan la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero cualquiera que sea la época, la clave del éxito es restablecer la confianza.
En 1923, las imágenes de alemanes yendo a comprar pan con billetes en carretillas marcaron las mentes. La inflación aumentaba entonces hasta 20% por día, según cifras del Cato Institute.
Pero la República de Weimar “tomó compromisos fuertes con sus acreedores y los cumplió. Rápidamente la percepción del país cambió”, cuenta Waechter.
En enero 1994, Yugoslavia (Serbia y Montenegro) registró una inflación de 1.000.000%, según cifras oficiales. El gobierno lanzó un programa de reformas y sacó a circulación un “súper dinar”.
Frente a una hiperinflación, el poderoso dolar es a menudo visto como un valor refugio.
“Los futbolistas argentinos, y de otros países de Latinoamérica, pedían por ejemplo que se les pague en dólares, para estar seguros de conservar su poder adquisitivo. Esta práctica se fue expandiendo”, relata Philippe Waechter.