El momento álgido ocurrió a las 15H27 locales (22H27 GMT) en el oeste de Estados Unidos, cuando la Luna tapó el 45% del diámetro del Sol. En el archipiélago ártico canadiense, el eclipse alcanzó el 81% del diámetro del astro.
En México y partes de Centroamérica también se pudo apreciar este fenómeno astronómico.
La NASA retransmitió en vivo el eclipse a través de una cámara del Observatorio Griffith de Los ngeles, situado en las colinas de Hollywood, que organizó una gran jornada de puertas abiertas para los más entusiastas.
“No miren nunca al Sol directamente“, advirtió la NASA en su cuenta de Twitter. Los expertos alertaron a los ciudadanos que quisieran ver el acontecimiento astronómico usar filtros de polímero negro y no gafas de sol corrientes.
Las redes sociales se inundaron de fotografías tomadas por usuarios en las que se podía apreciar cómo la Luna “se come” parte del Sol.
El 8 de octubre, el extremo noroeste de Estados Unidos y parte de Asia vieron un eclipse total de Luna que tiñó el satélite de rojo, un espectáculo que fue llamado la “Luna de sangre“.