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“No sé si es una derrota de la normalidad, es una cosa diferente. Las normas son las normas. Nos dijeron que tenemos que salir juntos y vamos a ir juntos. No hay que explicar más cosas. Lo importante es que juguemos el partido y ya está”, dijo Zidane confirmando que Real Madrid y Barcelona compartirán hotel y saldrán los dos autobuses juntos escoltados por amplias medidas de seguridad.
Zidane intentó centrar su discurso en lo deportivo, sin que nada de lo que ocurra fuera pueda distraer a sus jugadores. “Al final nosotros tenemos que poner nuestra energía en el terreno de juego y pensar que se va a jugar. Es la única manera de preparar bien el partido. Lo de fuera podemos estar una semana hablando de lo que está ocurriendo, nuestra energía está en el terreno de juego y nada más porque mañana vamos a jugar un partido”.
El técnico madridista pidió también tranquilidad para el colegiado y rebajar el ruido que rodea el clásico. “Al árbitro hay que dejarlo tranquilo. Él lo que quiere hacer también es su trabajo igual que nosotros y que el Barcelona. Es un partido de fútbol y se dicen muchas cosas alrededor, pero al final lo que la gente quiere ver es un buen partido de fútbol y nada más”.
Por su parte, Zidane se mostró tranquilo y feliz por disfrutar de un gran partido como el clásico del fútbol español. “No me preocupa nada. Estoy contento, no sólo yo, todos. Estamos contentos de poder hacer un clásico y me acuerdo de cuando yo jugaba. Son partidos que vives para jugarlos. Concentrado, enfocado únicamente en el campo”.
Posibles protestas
Zidane, restó este martes importancia a las previstas protestas de independentistas catalanes ante el clásico liguero contra el Barcelona del miércoles, afirmando que “al final la gente quiere ver un buen partido de fútbol, nada más”.
“Es un partido de fútbol, se dicen muchas cosas alrededor, pero la gente al final lo que quiere ver es un buen partido de fútbol, nada más”, afirmó Zidane en la rueda de prensa previa al encuentro.
El técnico blanco respondía así a la pregunta de si el árbitro debería suspender el partido en caso de mostrarse pancartas reivindicativas o insultos, como ocurrió en un partido de segunda división el pasado fin de semana (suspensión del Rayo-Albacete tras gritos de “nazi” al jugador Roman Zozulya).
“Al árbitro hay que dejarlo tranquilo, él quiere hacer su trabajo, igual que nosotros, se quiere poner en el partido para hacer las cosas bien como nosotros y el Barcelona”, aseguró Zidane.
Este clásico liguero de la 10ª jornada de Liga estaba previsto inicialmente para el 26 de octubre pasado, pero se vio aplazado por las movilizaciones y altercados en Barcelona, tras la condena a prisión de varios dirigentes independentistas por un intento de secesión en 2017.
La plataforma independentista Tsunami Democratic quiere hacer visible “en las gradas y el terreno de juego” su eslógan “Spain sit and Talk (España, siéntate y dialoga)”, un llamado para negociar un referéndum de autodeterminación.
En esta situación, el importante dispositivos de seguridad prevé que Barcelona y Real Madrid se concentren en el mismo hotel y se dirijan juntos al estadio.
“Dijeron que tenemos salir juntos y vamos a salir juntos, no hay que explicar más cosas por ahí”, afirmó Zidane, añadiendo que “no sé si es una derrota o no” jugar en clásico en estas condiciones.
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