Para conseguirlo, es sabido que el empresario tuvo un carácter insistente y tenaz que le dio bastantes problemas, incluso enemistades, dentro de la misma Apple.
Lo que quizás se desconocía es que ese carácter también se trasladó hacia casa, principalmente hacia su hija, Lisa Brennan-Jobs, quien vivió a primera mano la dureza de su padre y las actitudes inusuales.
Brenna recién publicó Small Fry, un relato sobre la relación con Steve, las duras pruebas en su contra y maltratos que, finalmente, pudieron ser perdonados por la hoy mujer de 40 años.
While I'm overjoyed by how people seem to be receiving the excerpt, I do worry some (especially if they read excerpts of the excerpt) might buy the book expecting a tell-all rather than a coming-of-age story about a girl and her family in California.https://t.co/IS7MkciOWb pic.twitter.com/JF96XhkziH
— Lisa Brennan-Jobs (@LisaBrennanJobs) August 3, 2018
En una entrevista con The New York Times, Brennan-Jobs contó los maltratos que sufrió, como cuando, en su lecho de muerte, Steve le dijo a su hija que “apestaba a inodoro”.
“Me dijo la verdad”, comentó ella, aduciendo a que llevaba un perfume que había pasado su fecha de caducidad.
Steve Jobs tenía 23 años cuando junto con la artista Chrisann Brennan tuvieron a Lisa, una primogénita que enfrentó el rechazo y no fue reconocida por su padre.
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“Ahora veo que estábamos en una encrucijada”, relata, “yo era una mancha en su espectacular ascenso, ya que nuestra historia no encajaba con la narrativa de grandeza y virtud que él quería para sí mismo”.
“Cuanto más cerca estaba de él, menos me avergonzaba. Me acercaba hacia la luz”, agrega.
Jobs no contribuyó con la educación de Lisa; de hecho, fueron vecinos quienes ayudaron a costearla e incluso le dieron hogar en algunas ocasiones, preocupados por la situación.
Steve se casó después con Lauren Powell Jobs, a quienes describió como dos “personas frías”. Incluso, su padre la forzaba a quedarse delante mientras veía a ambos besarse y manosearse, en actos de intimidad.
“Es importante que trates de formar parte de este momento familiar”, dijo él.
Pese a ello, Lisa insiste que no quiere guardar rencor a su padre. En el libro, ella explica que, antes de morir tras una batalla contra el cáncer, le pidió perdón por pasar poco tiempo con ella, olvidarse de su cumpleaños y no devolverle las llamadas.
La familia de Jobs comentó que sintió “tristeza” al leer el libro. “El trato no es el del marido y el padre que conocíamos”, dijo Mona Simpson, hermana de Lisa. “La quería y se arrepintió de no haber sido el padre que debería haber sido en su infancia”.