Sus restos fueron encontrados el 17 de febrero de 2015 en una fosa clandestina en el Ejido Plan de Ayala, municipio de Güemez, Tamaulipas, y su identificación positiva fue notificada a sus familiares el 23 de julio pasado, precisó el comunicado.
La ONU-DH pidió la repatriación de los cuerpos a la brevedad posible y respeto al “derecho de los familiares a conocer las circunstancias sobre el hallazgo de los restos y el proceso de identificación llevado a cabo”.
México indemnizó en agosto, en un acto público en Quito, a un sobreviviente y a las familias de cinco ecuatorianos fallecidos en la masacre de 72 migrantes ocurrida e 2010 a manos de Los Zetas, uno de los carteles narcotraficantes más sangrientos de México.
En esa matanza que también ocurrió en Tamaulipas (fronterizo con Estados Unidos), murieron ciudadanos de El Salvador, Honduras, Guatemala y Brasil que habían sido secuestrados cuando intentaban alcanzar su 'sueño americano'.
Las Naciones Unidas y Amnistía Internacional (AI) rechazaron recientemente la impunidad en la masacre de los 72 migrantes, un caso por el que nadie ha sido condenado.
Además, varias ONG han denunciado la falta de identificación de miles de cadáveres encontrados en fosas clandestinas en las rutas migratorias hacia Estados Unidos.
La semana pasada, fueron encontrados al menos 174 cadáveres en una fosa clandestina en Veracruz, un estado vecino de Tamaulipas donde también siguen operando Los Zetas.
Más de 500 mil personas cruzan clandestinamente la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas. La mayoría son centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus países.
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