De acuerdo con BuzzFeedNews.com, el inspector coordinó con el servicio forense. Dijo que la niña murió por sepsis estreptocócica y, en el caso Felipe Gómez, pereció por una sepsis causada por la bacteria Staphylococcus aureus.
Tanto Jakelin como Felipe intentaban ingresar a Estados Unidos huyendo de la pobreza de Guatemala. Ambos iban en compañía de un familiar.
En el caso de la niña, de y 7años, iba junto a su padre cuando fueron detenidos en grupo. La nena ya estaba enferma y vomitaba al momento del traslado hacia la estación de la Patrulla Fronteriza en Lordsburg, Nuevo México.
A pesar de su estado de salud, los agentes optaron por llevar al grupo en autobús. Los servicios médicos la reanimaron dos veces porque no respiraba. La hospitalización en Providence Children’s Hospital en El Paso, Texas, fue en vano porque murió el 18 de diciembre.
En el caso de Felipe, fue detenido el 18 de ese mismo mes. El día 19, agentes detectaron que estaba mal de salud y el padre pidió atención médica, según el inspector general. Fue trasladado a un hospital cercano, donde le recetaron amoxicilina y acetaminofén y volvió a ser enviado al centro de detención. Su condición no mejoró, fue enviado al Centro Médico Regional Gerald Champion en Almagordo, Nuevo México, donde murió en la víspera de Navidad.
La muerte de ambos pequeños provocó una oleada de indignación contra la administración de Donald Trump. El presidente Jimmy Morales pidió en una reunión el mandatario estadounidense el 17 de diciembre que se esclarezca la muerte de los niños migrantes guatemaltecos en centros de detención, como en el caso de Jakelin y Felipe.
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