Se trataba de la foto nunca antes obtenida de un criovolcán, “que tiene la misma estructura que los volcanes de la Tierra, pero en lugar de roca fundida expulsan amoníaco, metano o agua que permanecían helados bajo la superficie”, dice la agencia EFE.
Desde entonces, “investigadores estadounidenses han identificado en el planeta enano Ceres el rastro de más de veinte criovolcanes, estructuras que, en síntesis, expulsan hielo y líquido a bajas temperaturas, según un estudio publicado recientemente en la revista Nature Astronomy.
“Los científicos creen que esa actividad volcánica ha estado presente durante gran parte de la historia de Ceres, el más pequeño de los planetas enanos del Sistema Solar, situado en el cinturón de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter”, consigna EFE.
Los descubrimientos de hielo en los cuerpos celestes siempre han fascinado a los astrónomos, sobre todo porque alimentan la esperanza de encontrar formas de vida extraterrestre; sin embargo en Ceres, mucho más pequeño que la tierra, esa posibilidad es muy baja debido a su temperatura gélida (-38 grados centígrados) y por carecer de atmósfera.
De acuerdo con los científicos, uno de los puntos interesantes de Ceres, cuyo período de rotación tarda un poco más de nueve y horas y que se estima que en mil 682 días completa su órbita, es que su formación rocosa y sus componentes son muy similiares a los de la Tierra, lo que podría arrojar datos sobre nuestro planeta.
El montículo con capas de hielo más vistoso fue bautizado como Ahuna Mons, que mide unos seis kilómetros de altura.
El descubrimiento en Ceres recuerda la confirmación de los científicos en agosto último de que se había confirmado la presencia de gran cantidad de hielo en la Luna.
Contenido relacionado
> Cómo es ser ciudadano de Asgardia, la “primera nación del espacio”
> Qué es el misterioso brillo captado por la NASA en los confines del Sistema Solar