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De esta forma se incrementa la población de parlamas en las costas del Pacífico
La conservación de las parlamas es una tarea difícil, pero no imposible, según dice Juan José Hidalgo Escobar, fundador del tortugario El Banco, en Taxisco, Santa Rosa, donde se recolectan más de cien mil huevos al año.
Voluntarios liberan tortugas recién nacidas con el propósito de preservar la especie. (Foto Prensa Libre: Enrique Paredes).
Durante los últimos 26 años, la tarea de Hidalgo y su equipo ha sido proteger a ese tipo de tortuga, que utiliza las costas del Pacífico guatemalteco para reproducirse, pero debido a la demanda de sus huevos, está al borde de la extinción.
Según Hidalgo, la iniciativa surgió cuando notó que la cantidad de tortugas que llegaba a desovar a las playas de la aldea El Barco cada año era menor, debido a la cacería ilegal y porque muchas personas saquean los nidos para vender los huevos.
“Me empecé a preocupar porque cada año eran menos las tortugas que llegaban, y las que sí lo hacían eran perseguidas por pobladores para robar sus huevos, por lo que no había reproducción de la especie”, dijo Hidalgo.
Recuerda que antes caminaban hasta seis kilómetros para encontrar unas dos parlamas, pero luego del trabajo de conservación que desarrollan en el tortugario, ahora se observan hasta 30 tortugas.
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El conservacionista asegura que en el 2016 cosecharon 137 mil huevos de tortuga parlama. “El esfuerzo y colaboración de los pobladores del sector ha hecho que esto se haga realidad, pues antes solo lograba recolectar tres mil huevos”, aseguró.
“El año pasado superamos nuestras expectativas, pues logramos sembrar 197 mil huevos de parlama y liberamos 191 mil crías al mar; eso me llena de satisfacción”, comentó.
Apadrinan
Para que el tortugario funcione, los encargados organizan liberaciones de parlamas, en las que pueden participar turistas, quienes apadrinan por Q10 una tortuga recién nacida.
“Con el dinero que recaudamos, más donaciones que recibimos, se compran los huevos a los parlameros, que salen a recolectar a la playa en la temporada de reproducción. Se les compra el 20 por ciento de lo que recogen, y así logramos un equilibrio tanto en la naturaleza como en la economía de los vecinos”, señaló Hidalgo.
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Quienes apoyan el proyecto aseguran que es importante crear conciencia ecológica, ya que, a parte de los depredadores, las parlamas se enfrentan a las toneladas de basura que llegan al mar.
No nos damos cuenta de que estamos destruyendo el planeta. El venir a contemplar el nacimiento y liberación de las tortugas ayuda a sensibilizar a las personas. Después de esta experiencia, quienes asisten se van con otra mentalidad, más conscientes del medioambiente”, dijo Efraín Pérez, vecino de El Banco.
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