Esas conclusiones se vertieron durante la presentación del Modelo de Análisis de Demanda (Maed) para proyectar la demanda energética del país y su cobertura.
Según las tendencias de la matriz de demanda de energía útil en Guatemala a nivel nacional al 2015 la leña representó el 53% de la demanda, los combustsibles fósiles 39% y la electricidad 8%.
Las proyecciones al 2020 la leña represetaría el 52%, aunque también bajaría la participación de la electricidad a 7% ya que se prevé que suba en la estructura el uso de combustibles fósiles al 41%.
Hacia el 2030 mientras la leña baja en esa estructura y los combustibles fósiles suben, se proyectan en 46% cada uno, y la electricidad subiría.
Para el 2050 la composición sigue esa misma tendencia con una baja a 38% en la leña, aumento de la electricidad dentro de la estructura a 10%, aunque también sube a 52% el uso de combustibles fósiles.
Demanda por sector
Por ejemplo, en el 2015, la demanda de leña en el sector residencial significó un 90.5%, y según expuso Gabriel Velásquez, jefe de la unidad de planeación energética y minera del MEM, dicha participación bajará a 88.6% para el 2030, pero volverá a subir levemente a 87% en el 2050.
En Guatemala la leña se usa principalmente para cocción de alimentos y en algunas áreas, para calefacción.
Mientras, en el sector comercio y servicios hay una alta demanda de leña que se mantendrá en un porcentaje similar dentro de la estructura, aunque con aumentos, ya que pasará de 48.41% en el 2015, subirá a 48.58% en el 2030 y llegará a 48.91% en el 2050.
Velásquez explicó que en este sector, a diferencia del residencial, se notará crecimiento del uso de la leña sobre el total demandado, por actividades como el arranque de las generadoras de electricidad de los ingenios, arranque de hornos o incluso uso continuo por comercios.
Modelo de cálculo
Los cálculos provienen de nuevos sistemas de estimación de demanda energética que utiliza el país.
De esta forma Guatemala empezó a usar el Maed, un programa informático proporcionado por la Agencia Internacional de Energía Atómica y que unido al programa Message permitirá hacer simulaciones y establecer modelos para garantizar el suministro de energía, añadió Velásquez.
Aparte de determinar el comportamiento para leña y transporte —de pasajeros y carga—, también se calculó la demanda y generación de electricidad.
Para aplicar el modelo en Guatemala se han dividido los análisis en cuatro sectores: industria, comercio y servicios, residencial y transporte —de carga y pasajeros—.
En el caso de la industria, según explicó Velásquez, aumentará el consumo de combustibles para motores de un 11% sobre el total de demanda en el 2015 —año de arranque del modelo—, al 34% al 2050.
Aun cuando crecerá la demanda, los combustibles fósiles pasarán de significar 61% en la demanda en el 2015 al 44% en el 2050. Y la electricidad tendrá una tendencia similar que pasará de 25% a significar el 20%.
Para el sector de transporte —de pasajeros y carga—, el uso de la gasolina pasará de significar el 48.3% del total de la demanda de combustibles en el 2015 y subirá a 55.4% en el 2030 y a 55.8% en el 2050, mientras que el diésel pasará de representar el 51.6% a 44.5% aproximados en el 2030 y en el 2050.
Conclusiones
Entre las conclusiones mencionadas por Velásquez, como parte del nuevo modelo impulsado también por el ministro Luis Chang y el viceministro de Energía Rodrigo Fernández, el MEM estableció tres:
- A través del estudio con la nueva metodología MAED se demuestra que es necesario impulsar políticas y acciones para que contribuyan a desacelerar el consumo de energéticos que en el corto plazo no son renovables, como la leña en el sector residencial.
- Hace falta desagregar más la información por sectores para lograr identificar con mayor facilidad las acciones que deban realizarse para cumplir los objetivos que Guatemala ha adquirido en lo internacional.
- Es necesario impulsar mayor uso del transporte público urbano e interurbano, así como la migración de combustibles fósiles por otros más limpios y con tecnologías más eficientes para el sector de transporte en general, añade el MEM.
Uno de los compromisos adquiridos por el país es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 11.2% mediante esfuerzos propios del país y 22.6% con apoyo de la comunidad internacional para el 2030.
Para los resultados del modelo los datos fueron calculados en kilobarriles equivalentes a petróleo para unificarlos, explicó Velásquez.
En el 2016 el consumo de leña representó el 55% del total de energéticos según datos del MEM, en el 2017 significó el 56% el total de recursos energéticos demandados. Además el diésel representó el año pasado el 14%, la gasolina el 13% y gas el 4%.
Por aparte, el índice de electrificación del país es del 92.06%, siendo en menor electrificado el departamento de Alta Verapaz con 44.3% y el que tiene mayor cobertura el departamento de Guatemala 99.98% según el MEM.
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