Gorbachov, quien había empezado a abrir su país con la perestroika y el glasnost, y el actor convertido en presidente Ronald Reagan, daban así un paso para mejorar sus relaciones y construir un mundo más seguro que no gustaba a los representantes de la línea más dura en ambos países.
BBC NEWS MUNDO
Qué es el tratado nuclear INF que ayudó a poner fin a la Guerra Fría y por qué el retiro de EE.UU. puede provocar una nueva carrera armamentista
El 7 de diciembre de 1987, el presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov aterrizaba en Washington D.C. para firmar un acuerdo histórico que ayudaría a poner fin a la Guerra Fría.
El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y el de Estados Unidos, Ronald Reagan, firman el tratado INF el 8 de diciembre de 1987 en Washington. (GETTY IMAGES)
A pesar de la enemistad histórica entre ambas potencias, la “Gorbymania” tomó las calles de Washington para recibir a Gorbachov y su esposa Raisa, quienes aterrizaron en una capital convertida en fortaleza para garantizar la seguridad del líder soviético y su comitiva.
Al día siguiente, ambos líderes firmaron el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio o INF (por sus siglas en inglés, Intermediate-Range Nuclear Forces), para terminar con todos los misiles balísticos y de crucero y lanzaderas en Europa con rangos de entre 500 y 5.000 kilómetros.
Ahora, sin embargo, el presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que quiere sacar a su país del tratado, lo que llevó al propio Gorbachov a decir que el acuerdo debe mantenerse si se quiere “salvar la vida en la Tierra”.
¿Por qué es tan importante este acuerdo?
“Fue un acuerdo fundamental en la Guerra Fría. En esencia, eliminó por completo una altamente controvertida clase de armas nucleares”, afirmó en 2014 Nick Child, corresponsal de asuntos internacionales de la BBC.
Para mediados de 1970, la Unión Soviética había alcanzado aproximadamente la paridad estratégica con Estados Unidos y poco después empezó a reemplazar sus viejos misiles SS-4 y SS-5 con un nuevo misil de rango intermedio, el SS-20.
Este cambio fue percibido como un “cambio cualitativo y cuantitativo” en la situación de seguridad en Europa, explica en su página web el Departamento de Estado de Estados Unidos.
En noviembre de 1979, los ministros de los países de la OTAN decidieron adoptar una estrategia de doble vía como respuesta a la instalación soviética de los SS-20.
Por un lado, entrar en negociaciones de control de armamento con la URSS para reducir lo máximo posible las fuerzas nucleares de rango intermedio; por otro, instalar en Europa occidental 464 misiles de crucero terrestres de una sola cabeza y 108 misiles balísticos Pershing II.
En julio de 1980 la URSS aceptó participar en negociaciones preliminares en Ginebra y siete años después, tras un proceso complejo y una reunión previa de Reagan y Gorbachov en la ciudad islandesa de Reijkiavik, el acuerdo se cerró.
“Cuando se firmó, el régimen de verificación del Tratado era el más detallado y severo de la historia de control de armamento nuclear, diseñado para eliminar todos los sistemas INF declarados en tres años desde la entrada en vigor y para asegurar el cumplimiento de la prohibición total de la posesión y uso de estos misiles”, explica el Departamento de Estado.
Además, fue el primero de su género en reducir las existencias de misiles nucleares en lugar de solo establecer un límite.
El acuerdo fue un hito para la seguridad de Europa, donde ambas potencias tenían desplegado su arsenal de este tipo.
Hoy en día es el único acuerdo de entre los firmados entre Estados Unidos y la URSS durante la Guerra Fría que permanece en vigor, según el think tank Consejo de Relaciones Exteriores (Council of Foreign Relations).
¿Qué otros países están incluidos?
El tratado entró en vigor el 1 de enero de 1988 y, para junio de 1991, ambos países habían eliminado 2.600 misiles.
La prohibición inicialmente solo era aplicable para Estados Unidos y la URSS, pero en 1991 el tratado incluyó a los países sucesores de la URSS y en la actualidad Bielorrusia, Kazajistán y Ucrania forman parte de su implementación.
Turkmenistán y Uzbekistán poseían bases de operación para los SS-23 pero se abstuvieron de participar en las reuniones con el acuerdo de los otros países.
Y aunque el tratado solo incluya a cinco países, otros países europeos han destruido misiles prohibidos por este tratado desde el final de la Guerra Fría, como explica en su página web la Asociación por el Control de Armas.
Alemania, Hungría y la República Checa destruyeron sus misiles de rango intermedio en la década de 1990 y Eslovaquia desmanteló los misiles de rango intermedio que aún tenía en octubre de 2000.
En 2002, el último país en posesión de misiles de medio alcance en Europa del este, Bulgaria, firmó un tratado con Estados Unidos para destruir todos sus misiles relevantes para el Tratado INF, explica esta organización estadounidense dedicada a defender las políticas de control de armas.
¿Por qué Trump quiere sacar a Estados Unidos del acuerdo?
Esta no es la primera vez que el acuerdo se ve amenazado.
En 2014, el presidente de Estados Unidos Barack Obama acusó a Rusia de haber violado el tratado después de que este país supuestamente probara un misil de crucero terrestre.
Pero Obama finalmente optó por no retirar a Estados Unidos del tratado bajo el argumento, según apuntan algunas informaciones, de que este movimiento podría reiniciar una carrera armamentística.
Ahora, Trump aseguró que Estados Unidos no permitirá que Rusia “fabrique armas mientras a nosotros no se nos permite”.
“Rusia violó el acuerdo. Lo han estado violando durante muchos años”, aseguró el presidente de Estados Unidos.
¿A qué se refiere Trump?
Estados Unidos insiste en que Rusia, incumpliendo el acuerdo, desarrolló un nuevo misil de mediano alcance llamado Novator 9M729, conocido por la OTAN como el SSC-8.
Eso le permitiría lanzar un ataque nuclear en los países de la OTAN en muy poco tiempo.
Recientemente, la misma OTAN confirmó que Rusia estaba posiblemente incumpliendo las reglas del acuerdo.
El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, aseguró que la alianza continúa estando “preocupada por la falta de respeto de Rusia a sus compromisos internacionales, incluyendo el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, el Tratado INF”, afirmó.
“Tras años de negaciones, Rusia reconoció recientemente la existencia de un nuevo sistema de misiles, llamado 9M729.
Rusia no ha proporcionado ninguna respuesta creíble sobre este nuevo misil. Todos los aliados están de acuerdo que el análisis más plausible sería que Rusia está violando el tratado”, afirmó Stoltenberg.
Según la cadena estadounidense CNN, además, altos cargos del gobierno de Estados Unidos están preocupados porque creen que el tratado supone una desventaja de su país frente a China, quien no se enfrenta a ninguna limitación para desarrollar misiles de medio alcance en el Pacífico al no formar parte del tratado.
Rusia ha negado estar incumpliendo este acuerdo. “Estos pasos, si se toman, harán el mundo más peligroso”, declaró el portavoz presidencial Dimitri Peskov.
“Rusia ha estado y sigue estando comprometida con las provisiones del tratado”, aseguró.
Moscú, además, también ha acusado a Estados Unidos en el pasado de violar el tratado, al desplegar un componente de un sistema de defensa antimisiles capaz de lanzar también misiles ofensivos; utilizar misiles prohibidos en distintas pruebas y también drones armados que, según Rusia, son efectivamente misiles de crucero prohibidos, según el Consejo de Relaciones Exteriores.
Estados Unidos niega estas acusaciones.