Al llegar a la Casa del Migrante se puede constatar esa realidad, en lo que tardó la conferencia de prensa, de 30 a 35 minutos, varios migrantes hondureños llegaron a pedir ayuda. Hombres mujeres y niños se veían cansados, aunque en sus rostros se dibujaba una sonrisa de esperanza por haber alcanzado la primera gran ciudad en su trayecto.
Adentro, la realidad también es reveladora: niños caminando que preguntan por ropa o zapatos, otros que quieren comer o preguntan si hay opción de darse un baño. Todos tienen la convicción de continuar el viaje, nadie, ni siquiera por asomo, se le ocurre la idea de regresar a Honduras.
Migración continuará
Verzeletti sabe que algo distinto está ocurriendo en los países del Triángulo Norte de Centroamérica. En 20 años que tiene de estar involucrado en el tema, asegura, no se había dado un fenómeno similar.
“La migración en masa es la nueva estrategia”, dice el sacerdote quien cree que estas movilizaciones son una señal de los pobres extremos que quieren gritar al mundo que “somos personas, seres humanos que tenemos dignidad y derechos”.
Verzeletti dice que, a raíz de la movilización masiva de Honduras, “se va a desatar en otros países”, por ejemplo, afirmó, de El Salvador se planea hacer una caravana que estaría saliendo del país a finales de octubre.
El coyotaje podría finalizar, de acuerdo con lo que afirma Verzeletti, puesto que ahora están migrando aquellas personas que no cuentan con recursos para pagar dinero a un coyote y salen solo con sus pocas pertenencias a aventurarse.
Juan José Hurtado, integrante de la organización Pop Noj, parte del Grupo Articulador de la Sociedad Civil para las Migraciones, coincidió con que la migración va a continuar.
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Aparte de la caravana que se conoce podría partir de El Salvador en los próximos días, también se sabe que de Nicaragua mucha gente quiere salir y acá en el país muchos guatemaltecos se les han unido, aseguró.
A decir de Hurtado, la migración de la gente ocurre a causa de la desesperación por la pobreza, la violencia, falta de oportunidades y los gobiernos corruptos de nuestros países que lejos de buscar soluciones empeoran la situación.
Según Verzeletti, la característica de los migrantes hondureños que han comenzado a movilizarse en caravanas es que han buscado soluciones a su situación en su propio país, pero no la han encontrado.
“Muchas familias dicen que han sufrido 20 desplazamientos internos en Honduras, lo que demuestra que la gente no quiere salir e intentan primero encontrar una solución en su país”, afirmó.
Denuncian represión
Grupos promigrantes exigieron al gobierno de Guatemala la liberación de las vías de acceso al país, así como de las carreteras para que los migrantes puedan transitar con libertad.
Aseguraron que el acuerdo CA 4 da libertad a los países de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua para que sus ciudadanos puedan transitar libremente en esos territorios; además, denunciaron el uso excesivo de la fuerza para reprimir una segunda caravana de migrantes hondureños, que se calcula podría ser de unas dos mil 500 personas, y que se dirige hacia a la capital.
Según Verzeletti, en la frontera Honduras-Guatemala han colocado alambre de púas electrificado y se han apostado francotiradores en los alrededores del paso fronterizo.
Además, denunció que se han instalado retenes de la PNC que piden Q100 a cada migrante hondureño por dejarlo pasar.
A ese respecto, Pablo Castillo, portavoz de la PNC, expuso que esa institución es una de las que mayor acompañamiento le ha dado a los migrantes hondureños, a quienes se protege de la delincuencia que hay en el país, aunque también se trata de evitar que ellos delincan.
Castillo afirmó que la PNC les ha brindado primeros auxilios, bebidas hidratantes y seguridad. Añadió que la institución “es transparente” y cualquier denuncia puede hacerse a la Inspectoría policial.
Necesitan insumos
Autoridades de la Casa del Migrante reconocieron que miles de guatemaltecos han llevado aportes a esa organización para ayudar a los migrantes hondureños; sin embargo, la demanda ha sido tal que requieren más insumos.
“Necesitamos ropa para niños, alimentos no perecederos, frazadas, colchones, ropa interior para hombres medicinas”, puntualizó Verzeletti, quien; no obstante, afirmó que no cerrarán las puertas a los migrantes que se acerquen y soliciten auxilio.
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