Según el Post, que cita datos del Pentágono y estimaciones de expertos en el presupuesto de Defensa, el costo de más de us$200 millones podría alcanzarse si los militares siguen en la frontera a finales de año, y aumentar “significativamente” si la misión se extiende durante 2019.
La cifra es relativamente pequeña en comparación con el presupuesto anual del Pentágono, de us$716 mil millones, pero puede desequilibrar las cuentas en un momento en el que la Casa Blanca quiere que el Departamento de Defensa reduzca sus gastos en US$33 mil millones para el año que viene.
Estados Unidos ya tiene desplegados en la frontera a unos 2 mil 100 reservistas de la Guardia Nacional y ha gastado ya US$103 millones de dólares en mantenerlos desde el comienzo de su misión en abril pasado hasta finales de septiembre, según datos del Pentágono.
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Mantener allí a esos reservistas hasta septiembre de 2019, algo ya autorizado por el Departamento de Defensa, costará unos US$308 millones de dólares, según proyecciones de esa agencia.
Esta semana, el Gobierno de Trump anunció el despliegue de 5 mil 200 militares en la frontera, que en ese caso son integrantes activos de las Fuerzas Armadas y no reservistas, lo que rebaja el costo para las arcas estatales porque no requieren pagos adicionales.
Si el contingente de militares en activo se elevara hasta 8 mil, el costo de mantenerlos hasta mediados de diciembre de este año sería de hasta 50 millones, mientras que si fuera de 15 mil, la factura ascendería a hasta US$110 millones, según los cálculos del independiente Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias.
Sumados a los más de US$150 millones que costaría tener en la frontera a los reservistas de la Guardia Nacional hasta fin de año, la factura total superaría los US$200 millones.
No obstante, Trump ha delineado sus planes en un contexto electoral, previo a los comicios legislativos del próximo martes, por lo que no está claro si mantendrá en pie esa escalada militar en la frontera una vez que pase la cita con las urnas.
A las caravanas de migrantes, que transitan por México a pie, les quedan aún varias semanas para llegar a la frontera sur de EE.UU., según la mayoría de las estimaciones.
En Veracruz
La caravana migrante de mayoría hondureña partió este sábado a la localidad de Isla, en el estado mexicano de Veracruz, después de que las autoridades locales cancelaran el transporte para trasladarlos a Ciudad de México.
Los migrantes salieron durante la mañana de la localidad de Sayula rumbo a Isla, en Veracruz. Deberán transitar un trayecto de unos 90 kilómetros que toma poco más de una hora recorrer en auto y unas 13 horas a pie.
El viernes, el gobierno estatal les había ofrecido transporte hacia Ciudad de México, en donde planeaban pedir documentos para poder transitar hasta la frontera con Estados Unidos.
Sin embargo, más tarde, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, dijo que ante los cortes de agua que se viven en Ciudad de México buscarían llevarlos a una ciudad grande del estado.
“Una ciudad grande, donde podamos tener instalaciones adecuadas que les brinden sobre todo seguridad”, dijo el gobernador de Veracruz, un estado golpeado por el crimen organizado.
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