La muerte fue registrada a las 5:30 de la mañana en el Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá, luego de varios meses desde que había sido diagnosticado con cáncer de esófago.
El exsicario de Pablo Escobar padecía la enfermedad en fase terminal y tenía metástasis en los pulmones, hígado y otros componentes abdominales y estaba hospitalizado desde el pasado 31 de diciembre del 2019.
La Fiscalía colombiana dictó el 27 de mayo de 2019 una orden de encarcelamiento contra el exjefe de sicarios de Pablo Escobar, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, por el magnicidio en 1986 del director del diario El Espectador, Guillermo Cano Isaza.
Popeye también estuvo más de 23 años en la cárcel por el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, perpetrado el 18 de agosto de 1989, y tras salir manifestó en diversas entrevistas que se había reintegrado a la sociedad.
Llegó a presentarse como el jefe de pistoleros del capo de la cocaína.
En una entrevista con la AFP en 2015, Popeye dijo haber asesinado a “por lo menos 250 personas, quizás 300” por instrucciones de su “patrón”.
Figura icónica del mal, Escobar libró una guerra sin cuartel contra el Estado colombiano para evitar su extradición a Estados Unidos, que estuvo marcada por la detonación indiscriminada de carros bomba y el secuestro o asesinato de líderes políticos, periodistas y jueces.
El jefe mafioso murió a manos de la policía colombiana el 2 de diciembre de 1993 en la ciudad de Medellín.
En prisión, Popeye se hizo famoso por su locuacidad e historias de fábula sobre su vida criminal.
Velásquez quiso “engrandecerse (…) y justificar su actividad criminal”, pero su papel fue más de “publicista de las acciones criminales del Cartel de Medellín”, dijo recientemente a la AFP el exvicepresidente y general retirado Óscar Naranjo, uno de los hombres qué mas persiguió a Escobar.
Ya en libertad, el sicario siguió con su campaña de autopromoción y llegó a tener un canal en Youtube, con episodios que alcanzaron el millón de seguidores.
En 2018 fue recapturado por un caso de extorsión tras ser sorprendido por la policía en la fiesta de un jefe de la llamada Oficina de Envigado, dedicada al narcotráfico.
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