El fracaso de la protección de la niñez y la juventud por parte del Estado alcanzó su punto máximo el 8 de marzo del 2017. Fueron 41 niñas muertas calcinadas en un incendio provocado en el Hogar Virgen de la Asunción, mientras estaban bajo la tutela estatal.
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A partir de ahí se visibilizó una tarea del Estado que no era atendida de la mejor manera a través de la Secretaría de Bienestar Social, a cargo de la Presidencia de la República.
El psicólogo Carlos Francisco Molina Morales, ahora tiene a su cargo la Secretaria de Bienestar Social de la Presidencia (SBS), eso significa que dirige las Subsecretarias de Reinserción; Protección y Preservación. Molina conversó con Prensa Libre sobre los planes que trae para la institución, como denunciar los malos manejos ante el Ministerio Público; cambiar al personal que haya tratado mal a los niños y jóvenes bajo su cuidado, atender a la niñez migrante y abrir un nuevo centro de protección, por mencionar algunas de las necesidades que ocupan las prioridades de la Secretaría.
¿Cuáles son los planes para su administración en la SBS?
Queremos replicar el modelo de los centros de privación de libertad en los hogares, para lograr la reinserción en los jóvenes. Lo que hace falta son estructuras y protocolos que nos digan cómo deben manejarse los procesos, cómo deben estar ocupados los jóvenes y cómo se deben abordar sus situaciones. Además, -se busca- hacer un trabajo en conjunto con el sistema de justicia juvenil; hay muchos privados de libertad que no deberían estarlo. El niño necesita guía, -pero- lo envían a un centro -correccional- y no a un hogar -de abrigo y protección-.
¿Cuáles son los temas que más atención necesitan en este momento?
Niñez y adolescencia migrante no acompañada. Reinserción, que será el nuevo modelo de gestión juvenil, y la guerra frontal contra la trata de personas; porque la niñez abandonada puede ser víctima de trata con fines sexuales.
Se señala una mala gestión en los últimos años de la SBS ¿hay algunas acciones que merecen ser destacadas?
Hubo muchos avances en la Secretaría de Reinserción, se controlaron los hogares, se bajó las evasiones de proceso. Nuestra estructura será cero ocio: te quiero ocupado en el día, estudiando en la mañana y haciendo deporte por la tarde.
¿Qué retos enfrenta en la SBS?
La SBS es la cola de un sistema. Que los niños cometan imprudencias, por así decirlo, es el primer paso. Durante el proceso, la Policía Nacional Civil los captura y los lleva al Juzgado, el juez lo recibe, y como se ve mal vestido y con aspecto de pandillero lo envía a centros de privación de libertad. Si lo ve más o menos lo envía a un hogar de protección.
¿Dónde está la PGN -Procuraduría General de la Nación- evaluando a los jóvenes para saber sobre su familia? Yo estoy trabajando aquí en la cola, yo estoy dando resultado a un efecto, pero la PNC, PGN y juzgados deben trabajar desde el inicio. Deberían tener protocolos para saber quién se hará cargo del niño. Hay muchos privados de libertad que no deberían estar privados de libertad. Hay que recordar que todos estos niños de los centros de privación de libertad primero fueron víctimas y luego victimarios, porque tenían que sobrevivir en un entorno violento.
Pero, sin embargo, existen perfiles de mediano y alto riesgo en los niños y jóvenes aque atienden ¿Cómo manejan estos perfiles?
Están distribuidos en los centros de privación conforme a su perfil de bajo, mediano y alto riesgo. El nuevo centro, que está en proceso, albergará dos módulos que son para máximo riesgo y el resto mediano y bajo riesgo. La idea y como funciona en Estados Unidos, es que nadie quiere estar en máxima seguridad porque todo será muy controlado, pero no será represivo. Yo no creo en pegar, creo en educar con estímulos positivos, es decir, si se comportan de X forma tendrán beneficios; pero si se portan mal los pierden.
Con este centro esperemos que exista cero hacinamiento. Cuando yo los recibí -la subsecretaría de Reinserción- había 170 por ciento de sobrepoblación y lo dejamos en 32 por ciento.
¿Cómo lograron bajar el hacinamiento?
Lo que hicimos fue que informarnos a los jueces que algunos privados tenían buen comportamiento, y más allá de beneficiarlos, los estábamos dañando. Entre más personas tengamos en medidas socioeducativas mucho mejor. Un equipo multidisciplinaria evalúa cada semana su entorno de vivienda, si está yendo al instituto, si está equilibrado. El informe se lo hacemos al juez para que defina si va avanzando, si no avanzó se le solicita privación de libertad.
¿Cómo recuperó el control de los centros de privación de libertad?
Cuando entré a la institución me di cuenta de que venían de motín tras motín y violentos. Una gran crisis. Se necesitaban cambios y se destituyeron a 150 personas. Se les pasó pruebas poligráficas, desde los directores hasta los encargados de limpieza. En total, la Embajada de los Estados Unidos hizo más de 400 pruebas. Además, se pusieron alrededor de 22 denuncias de ingresos ilícitos a los centros ante el Ministerio Público. Se sacaron a las personas, se implementó un horario regimental de cero ocio. Su día empieza a las 5 de la mañana y se les apagan las luces a las 9 de la noche. En su rutina diaria primero se asean, luego van a desayunar, de nuevo se asean. Después van a clases, cuando terminan se van a sus dormitorios, luego almuerzan y nuevamente se asean y así se les va el día. La idea es que entiendan que así vivirán cuando estén afuera. En eso se basa el nuevo modelo. Reciben todas las clases que tiene el Ministerio de Educación de primero Básico a quinto Bachillerato. Incluso, tenemos personas más adultas que reciben clases con profesores universitarios. Si nosotros no le damos las herramientas a las jóvenes para que salgan adelante, entonces ¿cómo van a salir? Van a salir siendo igual o peor de cómo entraron. Es más peligrosa la represión.
¿Qué es lo más difícil de cambiar en la SBS?
Yo no lo tengo miedo a los privados de libertad, le tengo miedo a las personas que trabajan en la SBS. Hay trabajadores que tienen más de 12 años trabajando aquí. La gente de afuera no me quiere hacer nada porque las cosas salen mal cuando uno se compromete, cuando uno quiere hacer actos de corrupción con esas estructuras -pandillas-. Vine aquí a trabajar. Entré sin vehículo y no lo he comprado, con mi salario pago mis gastos personales y mis deudas. Yo solo tengo dos trajes, vine a trabajar, no vine a hacer negocios con los internos.
¿Qué medidas tomarán para que no se repita una tragedia como la del 2017 en el Hogar Seguro?
Vuelvo a decir, creo que faltaban implementación de protocolos, capacitación para el personal, entonces, ahora que existirán estos procesos no se puede repetir la tragedia del Hogar.
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