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A criterio de Juan Carlos Arriaza, ingeniero industrial y profesor universitario, la acción de innovar implica creatividad y creación de nuevos caminos para lograr un objetivo. “Hay muchas formas de definir la innovación. A mí me gusta sintetizar este concepto como el proceso permanente de hacer las cosas de una manera diferente a la convencional”, explica el académico.
Características
Para comprender mejor la innovación, Arriaza enumera y explica algunas características básicas e indispensables. La primera es que se vincula al conocimiento; es decir, hay un gran uso de las habilidades cognitivas para pensar y replantear las ideas.
También se debe hacer gala del pensamiento creativo. “Una persona innovadora tiene que ser original y debe generar nuevos caminos para alcanzar las metas propuestas”, añade el ingeniero industrial. En la tercera característica se encuentran la optimización y el ahorro. Puede ser economía de dinero, de tiempo o de esfuerzo, ya que la innovación busca mejorar algún procedimiento.
El último aspecto, según Arriaza, es la sostenibilidad a través del tiempo. “Esto significa que nunca se acaba. La innovación es un proceso de perfeccionamiento diario y continuo. De esa manera vamos a garantizar su vigencia”, agrega.
La psicóloga Verónica López, experta en neurociencia, asegura que la capacidad de innovar no se limita a una profesión o a una edad. “Podemos llamar innovación al método que crea un niño en etapa escolar para aprenderse las tablas de multiplicar, pero también lo es la estrategia de un constructor para terminar antes de tiempo un edificio o la capacidad de un chef para reinterpretar una receta tradicional y convertirla en un platillo diferente”, aclara la entrevistada.
Desde la ciencia y la tecnología hasta la educación y el deporte, la innovación es necesaria para optimizar cada disciplina. Por tal motivo, a continuación se presentan algunos consejos para incorporarla en la mayoría de los aspectos de su vida.
En lo académico
Si usted o sus hijos tienen problemas con el desempeño académico, lo más probable es que necesite estrategias innovadoras de aprendizaje. “Puede solicitar la ayuda de un profesional o crear sus propios métodos de estudio. Yo recomiendo cambiar radicalmente la manera en la que hacemos las cosas en la actualidad”, dice Arriaza.
El docente universitario recomienda comenzar con el cambio de los horarios. Es decir, si antes estudiaba en las noches, ahora hágalo en la mañana o viceversa. “También puede probar con dejar de hacer anotaciones escritas y sustituirlas por grabaciones en video o audio. Incluso, el conocimiento puede fijarse más si creamos una libreta con ilustraciones e ideas generales”, agrega.
Una de las bondades de la innovación es que permite la experimentación, así que debemos perder el temor a equivocarnos. Otra técnica es utilizar las analogías luego de una lectura. Por ejemplo, al finalizar un documento o un libro, en lugar de intentar repetir datos de memoria, encuentre similitudes con situaciones de la vida cotidiana.
En el ambiente laboral
Cuando una persona ingresa a una empresa (grande o pequeña), el primer paso es la inducción, en la cual se le explica cuáles son los procesos estandarizados que le permitirán alcanzar los objetivos; sin embargo, sus jefes también esperan una actitud propositiva para mejorar ese sistema de trabajo.
Según la psicóloga Pamela Juárez, después de algún tiempo, los colaboradores deben proponer planes innovadores. “Para ello, se necesita una dosis de experiencia, una buena cantidad de conocimientos y mucha creatividad. Lo ideal sería que cada seis meses modifiquemos algo para no sentir que nos estamos estacando”, aconseja.
Aunque dependerá de cada compañía, Juárez explica que lo ideal es convocar a un grupo de trabajo y efectuar lluvias de ideas que permitan establecer herramientas de cambio o perfeccionamiento.
En el ámbito laboral, la investigación y la exploración están ligadas a la innovación, ya que, conocer los antecedentes de éxito o de fracaso permitirá establecer qué técnicas deben desecharles y cuáles pueden mejorarse.
“Si usted considera que sus aportes no son valorados, lo más seguro es que necesite independizarse y emprender un proyecto personal. Así podrá dedicar todo su ingenio, talento y esfuerzo en esa idea que puede llevarlo al éxito”, explica.
En lo personal
López, quien también es terapeuta familiar, asegura que el estrés y la ansiedad pueden derivarse de estados prolongados de monotonía y estancamiento emocional, por lo que es recomendable plantearse un proyecto de vida ambicioso, realista y novedoso.
“La innovación también es una cuestión de ideas y creencias. Alguien que está acostumbrado a innovar en el trabajo, seguramente estará abierto a hacerlo en su vida personal. Esto se conoce como innovación social”, dice López.
Para empezar, se debe tener más asertividad en las relaciones personales. Si usted no está acostumbrado a hablar con sus vecinos o amigos, hágalo. “Puede establecer comunicación a través de un grupo de WhatsApp o por correo electrónico”, agrega la terapeuta.
En el caso del núcleo familiar, la rutina y la falta de tiempo pueden afectar la comunicación y los lazos afectivos. Para evitar esta situación, López sugiere emplear los fines de semana para ir a un parque de deportes extremos u organizar un picnic en algún parque ecológico. “Lo ideal es hacer cosas diferentes y no repetir, ya que cualquier actividad, aunque al principio puede ser novedad, luego se vuelve monótona”, dice López.
Según Arriaza, el pensamiento innovador tendrá un impacto positivo en la vida de cualquier persona y su entorno. “Recordemos que los líderes y los gestores de cambios son aquellos que se han atrevido a salir de su zona de confort y probar técnicas, estrategias o métodos diferentes”, concluye.
Consejos para motivar el cambio
Los tres expertos consultados para este reportaje ofrecen recomendaciones para tener un pensamiento innovador.
- Trabajar con lo existente. No podemos crear algo de la nada. Lo ideal es analizar el entorno y determinar qué nos ofrece. Luego, podemos empezar a modificar las circunstancias para mejorar una situación, un proceso o un producto.
- Es indispensable conocer qué se ha dicho o escrito sobre lo que nos interesa. Si es un tema académico, investiguemos qué bibliografía existe y qué han encontrado otros autores. Esto nos permitirá saber en dónde estamos parados y qué podemos aportar de novedoso. En el plano científico, los antecedentes son fundamentales para tener un punto de partida.
- Plantear objetivos. Luego de analizar el entorno y determinar los antecedentes, el siguiente paso es determinar nuestra meta final; es decir, lo que pretendemos lograr.
- Camino a seguir. En este punto, también es relevante determinar cómo vamos a lograr el objetivo. ¡Ojo! No se vale repetir lo que otros han dicho o hecho. El pensamiento innovador requiere hacer las cosas diferentes. “Salirse del molde y desafiar lo establecido”, dicen los expertos.
- Ensayo y error. Si tenemos una idea que creemos que funcionará, lo ideal es implementarla y determinar su grado de eficacia. Si no es la adecuada, no pasa nada, pues todos tenemos derecho a equivocarnos. Lo importante es seguir intentando hasta dar en el punto.
- No darse por vencido. Mientras más se experimente, más probabilidades tendremos de encontrar la innovación. Así que nunca debemos darnos por vencidos y siempre debemos estar abiertos a aceptar que todo puede ser mejor.
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