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Pero antes voy a contarles la historia de cómo llegamos a este punto: Todo comenzó con un kit de Arduino que compré en línea hace algunos meses. Por unos días reviví la emoción infantil de construir con mis manos algo que tuviera alguna utilidad.
Cosa que no sentía desde hace más de 30 años cuando desarmaba mis autos a control remoto para hacer un miniventilador (a control remoto), o desarmar una radiograbadora para hacer un “timbre musical”.
En fin, regresando al 2019: al principio me dediqué a explorar las posibilidades, sensores de lluvia, temperatura, infrarrojo, etcétera. Y otros dispositivos como una (muy pequeña) pantalla LED para mostrar números, un motor eléctrico minúsculo, y algunas otras gracias similares que le daban a mi mesa de comedor una sensación de “laboratorio científico”.
Después de algunas semanas de no hacer nada útil, se me ocurrió combinar un lector y un emisor infrarrojo, con un relevador (relay) para poder usar uno de los botones de colores (inútiles) del control remoto de mi televisión para encender y apagar las luces navideñas.
Suena bastante ñoño, y lo era. Pero ese fue el detonador para querer automatizar otras áreas de mi casa, y presumir a mis invitados mi “casa inteligente”. Pronto me di cuenta que mis habilidades en electrónica eran limitadas para intentarlo sin ayuda de productos ya disponibles. ¡Se abrió un universo delante de mí en ese momento!
No era consciente de la cantidad de dispositivos disponibles en Guatemala para acceder a la tecnología conocida como “Smart Home”, pronto encontré un par de proovedores que tenían productos a muy buen precio, y pude comprar algunos sockets e interruptores “inteligentes” para probar suerte.
Así que pasé la siguiente semana investigando, viendo videos de YouTube sobre “cómo instalar un cable neutro a un socket” y haciéndome de un poco de cable y un par de herramientas básicas. He pasado un par de sustos y chispazos, pero este fin de semana no hay foco en mi casa que no obedezca desde mi teléfono o dándole instrucciones a mi Google Home.
Ya les contaré cómo me va con el resto de dispositivos, primero necesito un salvoconducto para que mi esposa me deje gastar en mis ñoñerías.