EDITORIAL

Apuesta por la ciencia debe ser prioridad

Después de casi cuatro años de procesos de planificación, cálculos de factibilidad, diseño, construcción y pruebas de verificación, se llegó este sábado al final de una cuenta regresiva que llevará al Quetzal-1, el primer satélite construido en Guatemala, al espacio, a bordo de una misión de la Agencia Espacial Japonesa Jaxa, que de esta manear apoya un proyecto destinado a marcar un hito en la historia científica del país.

En una semana agitada por resoluciones judiciales, un Congreso en virtual anomia y las medidas preventivas contra la llegada del covid-19, la sola expectativa del traslado de este dispositivo, construido gracias al trabajo en equipo de más de un centenar de guatemaltecos, constituye un motivo de orgullo y una razón concreta para creer en el talento joven, no solo en esta, sino en otras disciplinas profesionales: desde la Ingeniería hasta el Mercadeo, desde el emprendimiento personal hasta la organización para la solución de problemas comunitarios.

Específicamente en el campo científico y tecnológico resulta importante la promoción de espacios para la formación universitaria de jóvenes talentos en áreas como Matemática, Física, Química, Robótica, Informática, Biología y Medicina, los cuales a menudo se encuentran supeditados a barreras económicas que les obligan a relegar sus estudios e incluso a trabajar en otras ocupaciones, en lugar de dedicarse al ejercicio de sus aptitudes. En este sentido son estratégicos para el país los programas de becas en universidades privadas, pero sobre todo en la Universidad de San Carlos. Cabe mencionar que muchas invenciones desarrolladas a base de prueba y error en otras latitudes llegan a convertirse en patentes que generan ingresos ingentes.

Lo que Guatemala no puede permitirse por más tiempo es perder vocaciones y cerebros a causa de limitaciones económicas del entorno familiar, o, peor aún, a causa de la migración hacia Estados Unidos, en donde dicho talento se queda varado en un limbo de oficios de baja calificación, que son un trabajo honrado, loable y digno, pero que deja fuera las posibilidades de cultivar esos intelectos privilegiados que se quedan en el anonimato.

El Estado debe promocionar con más fuerza las bondades de la ciencia para despertar un mayor interés. El impacto generado por el traslado del Quetzal 1 al espacio debe ser difundido en todos los niveles educativos, desde preprimaria hasta bachillerato, con un tono de emoción que contagie y despierte nuevos sueños en la niñez y juventud. Se debe erradicar la percepción de que la ciencia es una tarea aburrida, memorística o repetitiva. Por el contrario, se trata de un ejercicio dinámico de descubrimiento constante, que tiene una utilidad pública de primer orden. Un ejemplo de ello son los ejércitos de médicos, biólogos, virólogos y químicos que buscan en estos días, en todo el mundo, vacunas y tratamientos contra el covid-19.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología impulsa este año la presentación de propuestas de proyectos de investigación, emprendimientos de base tecnológica, desarrollo de productos, actividades de capacitación, publicaciones y difusión de conocimientos para ser financiados durante el año. Se trata de una convocatoria que los directores de planteles y maestros deben difundir en el alumnado e incentivar la participación, incluso como parte de algunas asignaturas vinculadas. Habrá errores, quizá; habrá fallos, tal vez; pero de aciertos y errores se aprende mucho más y mejor que con la memorización de simples conceptos.

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