El ayuno es una práctica común en la mayoría de las religiones, y junto con la oración y la caridad al prójimo constituyen formas de acercarse más a Dios. El ayuno, específicamente, “es la abstinencia por un periodo de tiempo, buscando un fin espiritual”, dice el pastor Cash Luna en un vídeo publicado en la fanpage de Casa de Dios el 18 de marzo.
¿Por qué se hace?
Según comenta Luna en el vídeo, el ayuno servirá “para incrementar nuestra fe porque la incredulidad no sale sino con oración y ayuno en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Segundo, para que Dios siga protegiendo Guatemala y el virus no se expanda, esto se detenga y pronto todos nos incorporemos a las actividades que hacemos a diario”.
Para los religiosos, esta práctica ayuda a la oración a purificar el cuerpo y así disponerse mejor para la escucha de la oración con Dios. La Iglesia lo ha practicado desde el siglo IV de forma regular, según la explicación que el sacerdote Donato Jiménez da a Aciprensa.
Cómo hacerlo
Luna explica que se puede beber agua durante el ayuno, serán los alimentos sólidos los que sugiere no consumir durante 24 horas. “Quiere decir que cenamos viernes o por 24 horas no comemos alimentos sólidos, hasta la cena del sábado. Ahí entregamos el ayuno, con una oración por Guatemala y por todos aquellos que están trabajando para que este virus se abstenga”, dice el Pastor.
De acuerdo con Jiménez, el Código de Derecho Canónico, en su numeral 1252, la ley del ayuno indica que pueden ayudar todos los mayores de 18 años, hasta las personas que hayan cumplido 59.
Recomendaciones
La doctora en nutrición Alicia Avendaño explica que el organismo dispone de mecanismos fisiológicos que intentan “amortiguar” las variaciones de la concentración de glucosa plasmática o sanguínea. De cada 4 a 6 horas bajan las concentraciones de glucosa y se debe comer de nuevo. Cuando se hace ayuno, el cuerpo usa las reservas almacenadas en el hígado y los músculos para mantener sus funciones normales.
“Técnicamente el cuerpo no entra en estado de ayuno hasta 8 horas después de su última comida. Esto se produce cuando el aparato digestivo termina de absorber los nutrientes de los alimentos. Y empieza a funcionar la gluconeogénesis, donde la glucosa almacenada en los músculos y el hígado empieza a proporcionar energía”, argumenta la profesional.
Al terminar el período se debe reponer la alimentación con una dieta completa y balanceada, que contenga carbohidratos, proteínas, grasas, frutas y vegetales.
Avendaño recomienda que las mujeres embarazas y quienes padezcan alguna enfermedad no lo realicen porque pueden tener consecuencias en su salud. Si el ayunante empieza a observar síntomas como mareos, taquicardia, debilidad muscular, palidez y sensación exagerada de hambre, debe abandonar de inmediato la medida, para no poner en riesgo su salud.
La experta enlista las personas que no deberían hacer ayuno:
- Pacientes diabéticos, con medicamentos, deben tener precaución de ayunar por riesgo de hipoglicemias.
- Pacientes con hipertensión, controlados con medicamentos, deben hidratarse para evitar riego de calambres o alteraciones de electrolitos.
- Niños en edad prerscolar, por ser muy pequeños pueden debilitarse.
- Adultos mayores de 60 años, que se encuentren en buen estado de salud, pueden realizar ayuno, pero si se encuentran con enfermedades concomitantes pueden tener efectos metabólicos que es mejor evitar.
- Mujeres embarazadas no deben hacer el ayuno porque pueden sufrir hipoglucemia, conocida como bajo nivel de glucosa o de azúcar en la sangre, y no es adecuado para sus bebés y ellas mismas.
- Pacientes con cáncer o en tratamientos de quimioterapia, radioterapia y enfermedades inmunológicas, no es recomendable porque puede disminuir su estado inmunitario y sus niveles de glucosa sanguínea.