HAGAMOS LA DIFERENCIA

Ya muerto… para qué quiero el dinero

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Como era de esperarse, los casos de infectados por Covid-19 siguen aumentando en Guatemala. Según las tendencias y lo observado en otros países, llegaremos a un punto máximo luego del cual empezará el contagio a descender. China, Taiwán, Corea del Sur y en apariencia también Italia superaron ya este punto máximo y empiezan a estabilizar. En cada lugar han quedado lecciones importantes para los países y sus ciudadanos. Estados Unidos vivirá esta semana su peor época, la soberbia cobrará factura, el odio a los inmigrantes alejó el amor, muchos países vamos rumbo a ese escalofriante pico, incluyendo Guatemala. Por eso es de aplaudir la decisión presidencial de prohibir la movilización fuera del departamento donde se tiene residencia desde el domingo recién pasado hasta el 12 de abril a las cero horas, exceptuando a los que laboran en lugares distintos a su domicilio. Muchos estaban preparándose para moverse al interior de la república en esta semana y la probabilidad de intercambio de contagios hubiera sido alta. El centro de operaciones a nivel nacional es la capital y es allí donde se han manipulado a las personas contagiadas a nivel nacional. También es muy buena la medida de prohibir la venta, expendio y consumo de bebidas alcohólicas y fermentadas en sitios públicos, ya que cualquier humano después de un par de copas reacciona de forma muy diferente a su normalidad, por lo que ya poco le importará el toque de queda y el de evitar aglomeraciones, con tal de seguir saciando su vicio. Llamó la atención que para el presidente prevaleció el interés por preservar la salud de sus conciudadanos que la presión que pudieran hacerle las empresas en esta semana crucial para sus ganancias. De todos es sabido que muchos jefes de familia prefieren invertir en bebidas alcohólicas y fermentadas antes que en alimento en sus hogares.

' Es importante respetar las disposiciones presidenciales, pero más importante es mantener la fe, para que el cuerpo esté fortalecido.

Samuel Reyes Gómez

Es importante respetar las disposiciones presidenciales que han sido dictadas de una forma escalonada y coherente, y debemos continuar apoyándolas, aún a consecuencia de las repercusiones económicas que tendrán, porque como dice el refrán “ya muertos para que queremos la vida”. Sin vida ya no tiene sentido la economía ¿Para qué queremos los bienes materiales? Hagamos lo que esté a nuestro alcance para apoyarnos en estos momentos, pues “mientras hay vida hay esperanza”, sabremos levantarnos de nuevo, no solo a nivel individual, sino como país.

Sin embargo, en estos momentos es importante también, la actitud que mantengamos, pues un cuerpo emocionalmente debilitado, es fácil víctima de cualquier infección. Unámonos en familia y apoyémonos, los grupos de trabajo deben de funcionar en equipo, aportando efectivamente al trabajo, aún si se está trabajando desde casa, demostrando que en tiempo de crisis se trabaja mejor. Es crucial el apoyo religioso, ayudémonos como comunidad de fe, compartiendo la palabra, pero también proveyendo para los que estén en necesidad, y recalcando palabras como las que encontramos en el salmo 91 “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente, Diré yo al señor: Esperanza mía, y Castillo mío; mi Dios en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto al Señor que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada, pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece…”.

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