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Otro de los inconvenientes para los campesinos en Quetzaltenango es el traslado y venta de sus productos, el cual mermó.
“No podemos dejar de trabajar porque necesitamos regar el cultivo, de lo contrario se seca con el sol, hay que cuidarlo. Vamos mal con las ventas porque con el toque de queda empezamos a trabajar hasta las 4 de la mañana y la verdura se prepara en tres o cuatro horas, normalmente empezamos a las 2 de la mañana”, explicó Luis Machic, productor de hortalizas.
El agricultor relató que tenía 4 trabajadores quienes ganaban de Q75 a Q100 diarios, pero no eran originarios de Quetzaltenango, por la suspensión del transporte abandonaron sus labores.
“Ya todos se fueron a sus casas, venían de otros pueblos, ya no pueden venir, hay poquitos. El 50 por ciento de la producción se perdió porque no hubo compra y no había muchas personas para cuidar”.
De acuerdo con los emprendedores no pueden abandonar los campos porque es “verano” y deben regar la siembra para que no se dañe.
“Si descuidamos la cosecha perdemos el capital y nos quedamos sin nada, incluso sin comida, cuando está normal, todo se vende, pero ahora se amontona en el mercado sin salida”, aseguró Diego Siquiná, un hombre de 75 años que trabaja en los campos agrícolas de Almolonga.
A pesar de la crisis los agricultores tienen esperanza y se sienten comprometidos con producir alimentos.
“Si no salimos no habrá que comer. Tenemos perdidas porque no nos compran todo, pero esto pasará, oramos y le pedimos a Dios, esto va pasar y nos vamos a reponer, lo que hemos perdido lo vamos a recuperar”, relató Siquiná, quien trabaja en el campo desde hace siete décadas.
#CoronavirusGT l Agricultores trabajan para regar sus cultivos y así evitar que se pierdan. pic.twitter.com/m5DlYk4ryr
— elQuetzalteco (@elQuetzalteco) April 11, 2020