Las modificaciones fueron aprobadas por el viceministro de Salud, Héctor Marroquín, bajo los procedimientos establecidos en la cartera y en el estado de Calamidad para evitar la propagación del coronavirus en el país, según los documentos en el sistema de compras.
Las mascarillas o tapabocas requeridas son domésticas y no de grado médico quirúrgico, según la convocatoria.
En los documentos establecen las características del producto, incluso se requiere serigrafía con dos logotipos.
Se añade que el o los oferentes que ganen el concurso deberán hacer entregas parciales de las mascarillas en las bodegas del Ministerio de Salud “de conformidad con lo establecido en el contrato respectivo”.
Sin embargo, ni los logotipos que deberán agregar a las mascarillas ni el contrato (donde se establece cómo efectuar las entregas) están en los documentos publicados en Guatecompras.
Esas mascarillas son para uso de la población, respondió Carlos Sandoval, secretario de Comunicación Social de la Presidencia a consultas efectuadas por periodistas.
El presidente Alejandro Giammattei informó el jueves 8 de abril que a partir del lunes 13 de este mes la mascarilla será de uso obligatorio para las personas que salgan a la calle.
El @MinSaludGuate busca comprar 15 millones de mascarillas reutilizables según detalla el portal electrónico guatecompras. El cierre de ofertas es este sábado a las 10:30 am.@prensa_libre @Guatevision_tv pic.twitter.com/hxDxi4cAfh
— Douglas Cuevas (@dcuevas_gtv) April 11, 2020
Además, anunció que el gobierno adquiriría tres millones de mascarillas para repartirlas a la población que no posee.
El 1 de abril el Ministerio de Salud convocó a ofertar para adquirir un millón de mascarillas N95. El concurso, según el sistema Guatecompras fue adjudicado a la empresa Wensur, Sociedad Anónima.
Tanto esta empresa como otra participante ofrecieron el producto en Q20 millones, pero la primera, y la cual fue adjudicada, ofreció un menor tiempo de entrega. El precio del tercer participante era de Q28 millones.
Sin embargo, el concurso fue anulado el jueves 9 de abril. En un documento firmado por el viceministro se indica que no se logró firmar contrato por causas imputables al oferente, ya que se intentó contactar a la empresa en reiteradas ocasiones y que en una comunicación que logró con la representante legal de la empresa por medio de un sistema de mensajería instantáneo dijo que la empresa cerró operaciones por Semana Santa.
Ese aspecto no responde a la necesidad urgente de contar con las mascarillas que tiene el Estado, se agregó.
El medio digital Plaza Pública dio a conocer el 8 de abril que la empresa ganadora del primer concurso por 1 millón de mascarillas N95 es propiedad de Wendy Roxana Ruano Fernández, quien fuera directora de Comunicación de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP) durante el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), entre 2008 y 2011.
Agrega que por teléfono Ruano les aseguró que en su empresa no existe la disponibilidad del millón de mascarillas, pero “ya solicitó a su proveedor chino para que la abastezca del producto”. También se añadió que la empresaria mencionó que los procesos de importación están más lentos por lo que no sabe cuándo tendrá las mascarillas, aunque en su oferta decía que en tres días hábiles.