Este miércoles 15 de abril fue un día difícil para decenas de migrantes, pues se evidenció en fotografías que no se encontraban en condiciones adecuadas al llegar a Guatemala, en tanto que la Conferencia Episcopal de Guatemala pide a Estados Unidos y México frenar las deportaciones, dada la emergencia sanitaria, por un sinfín de riesgos.
Por aparte, vecinos de Quetzaltenango evitaron que instalaciones ubicadas en ese departamento fueran utilizadas como albergue para migrantes.
En colchonetas
El confinamiento al que eran sometidos los deportados en el Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA), con el objetivo de detectar contagios de coronavirus quedó expuesto ayer cuando, en redes sociales, se publicaron fotografías en las que se observaba a varias personas acostadas en colchonetas.
La Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) recorrió los salones en los cuales se encontraban en cuarentena los guatemaltecos deportados y concluyó que había “condiciones inadecuadas” para atender a esos connacionales.
En el informe de la PDH se señaló que las colchonetas no alcanzaban para todos los deportados, que no había alimentos a tiempo y “no hay agua potable permanente para el consumo de las personas durante el aislamiento”.
La evaluación de los delegados de la PDH determinó, además, que el “distanciamiento dentro del área de aislamiento no es el adecuado”.
Eduardo Woltke, defensor de las personas migrantes, de la PDH, señaló: “Las condiciones ahí para una permanencia prolongada vemos que son difíciles. Las personas no están en una situación de aislamiento total, tienen relación entre ellos mismos, el espacio es un espacio abierto que no tiene divisiones, las personas pueden mover los colchones que les fueron entregados, algunos estaban juntos en grupos familiares, y están circulando alrededor del área”.
Los delegados de la Procuraduría también establecieron que no hay hidratación constante para las personas en cuarentena y los únicos líquidos que beben son los de sus tiempos de comida. Este miércoles, durante la supervisión, a las 14.15 horas, aún no les habían llevado el almuerzo.
Lugar de descanso
El director de Aeronáutica Civil, Francis Argueta, explicó: “Se habilitó un área para que pudiesen descansar —los deportados— porque la mayoría vive en el interior del país y con toque de queda no pueden transitar a sus domicilios. Además, es la única y mejor oportunidad de monitorearlos para determinar si son o no portadores del virus”.
Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar, comentó que a finales de marzo le advirtieron al vicepresidente Guillermo Castillo, por medio del Pacto Ciudadano, de que era “necesario priorizar la atención de los deportados”.
Roldán dijo que se propuso arrendar hoteles para mantener en evaluación o cuarentena a los connacionales o usar instalaciones gubernamentales aisladas de poblaciones urbanas para evitar más discriminación.
“Cuando comenzó la emergencia notamos que surgió la estigmatización hacia los guatemaltecos deportados, y esto se puso peor. Ellos merecen respeto del Gobierno y de la ciudadanía”, dijo Roldán.
En lo que va de la emergencia —desde el 5 de marzo último—, según cálculos del Instituto Nacional de Migración, han llegado al país, vía aérea, unos dos mil 400 guatemaltecos deportados.
Cuarentena en el AILA
En tuits, desde el 22 de marzo pasado, Argueta mencionó la cuarentena a la que fueron sometidos los guatemaltecos deportados. “Todos los esfuerzos por atender bien a nuestros guatemaltecos retornados desde esta mañana. Gracias (…) por apoyarnos con la cena de esta noche, mientras están en observación por el Ministerio de Salud en el aeropuerto La Aurora, que hemos habilitado temporalmente”, publicó el 24 de marzo en redes sociales.
El presidente Alejandro Giamattei justificó anoche: “Se sufrió el ataque, y hubo quienes se rasgaron las vestiduras porque habíamos dejado a la gente en el Aeropuerto. ¿Y dónde querían tenerlos? ¿en el aeropuerto o en la calle? Hoy, por segunda noche, van a dormir en un lugar, porque vino más gente”.
Todos los esfuerzos por atender bien a nuestros guatemaltecos retornados desde esta mañana. Gracias Panadería San Martín por apoyarnos con la cena de esta noche, mientras están en observación por el @MinSaludGuate en el área Aeropuerto La Aurora que hemos habilitado temporalmente pic.twitter.com/FMkLXisoMH
— Francis Argueta Aguirre (@FrancisArguetaA) March 24, 2020
Se retractan
Las tres áreas para mantener en cuarentena a guatemaltecos deportados fueron inhabilitadas ayer mismo por las autoridades del Ministerio de Salud y de la Dirección General de Aeronáutica Civil, 10 horas después de que se confirmó que un trabajador del Aila dio positivo para covid-19.
Este miércoles por la tarde, en autobuses de Transmetro, los guatemaltecos deportados fueron trasladados al albergue deportivo Ramiro de León Carpio, en la zona 13, a unos 400 metros del aeropuerto.
Además, ambulancias salieron de la terminal aérea y se trasladaron al hospital del Parque de la Industria, en la zona 9. Argueta confirmó a la Red Noticias que un trabajador del aeropuerto dio positivo por coronavirus, pero que Salud investigaba cómo se contagió.
Piden cesar envíos
La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) demandó que durante la pandemia del coronavirus se detengan las deportaciones de guatemaltecos desde Estados Unidos y México, entre los cuales ha habido cinco compatriotas enfermos del covid-19.
En ese mismo sentido, criticó: “¿Cómo es posible que ahora sean echados desde los Estados Unidos todos estos conciudadanos que han trabajado honradamente favoreciendo la economía norteamericana, aunque su estatus no sea considerado legal?”
Para los obispos, “el ejemplo que ambos gobiernos dan así al mundo entero es el de no tener el mínimo sentido de humanidad”.
Se oponen
Vecinos de colonias aledañas al centro recreativo Atanasio Tzul, en la zona 11 de Quetzaltenango, evitaron este miércoles 15 de abril que esas instalaciones, que pertenecen al Estado, fueran utilizadas como albergue para migrantes retornados, como lo había establecido el Ministerio de Gobernación.
Luego de conocerse que en ese centro permanecerían los retornados, a la espera de ser evaluados, pobladores se congregaron y con altavoces exigieron a la Gobernación Departamental el traslado de los connacionales a otro lugar, por temor a que alguno estuviera contagiado con covid-19.
César Quemé, gobernador de Quetzaltenango, llegó al lugar acompañado de un contingente antimotines, para desalojar a los vecinos y retomar el control, debido a que la protesta se efectuaba en pleno toque de queda.
“No somos racistas, pero no queremos a los migrantes. Hay sospecha de que podrían ser portadores de coronavirus”, manifestó una vecina.
Otros comentaron que un grupo de jóvenes persiguió a dos hombres que consideraban migrantes y que supuestamente se habían fugado del lugar, extremo que negó Quemé.
No circular
La directiva de los 48 cantones de Totonicapán decidió prohibir la circulación de personas entre comunidades, y el bloqueo del municipio, ante la posibilidad de un caso de coronavirus.
Se indicó que solo se permitirá la circulación de las personas que trabajan en el sector Salud y el área financiera. También podrán hacerlo quienes transportan productos perecederos y medicamentos.