El medicamento, recién aprobado por la vía rápida para su uso en Estados Unidos podría llegar este 4 de mayo o en los siguientes días a los primeros pacientes de coronavirus fuera de ensayos clínicos en el país, mientras su fabricante, la farmacéutica estadounidense Gilead, hace planes para exportarlo a otras naciones que le den luz verde.
“Pretendemos que llegue a los pacientes (en EE.UU.) a principios de esta semana”, dijo Daniel O’Day, el consejero delegado de Gilead, durante una entrevista este domingo con la cadena CBS News.
La farmacéutica con sede en California ha donado al Gobierno de Estados Unidos “todo su suministro” de Remdesivir, unos 1.5 millones de viales o frascos que pueden servir para completar “100 mil o 200 mil tratamientos, dependiendo” de si el fármaco se administra “durante cinco días o diez días”, precisó O’Day.
“Empezarán a enviar decenas de miles de tratamientos a principios de esta semana, y eso lo iremos ajustando a medida que cambie y evolucione la epidemia en distintas ciudades de EE.UU”. Daniel O’Day, CEO de laboratorio Gilead.
Gilead ha acelerado su producción del antiviral y esta semana adelantó que confía en tener “varios millones” de rondas de tratamiento disponibles para finales de este año, un suministro que podría destinarse tanto a EE.UU. como a pacientes en otros países.
El consejero delegado de Gilead pareció referirse con esa afirmación al suministro inicial de 1.5 millones de viales que ha donado al Gobierno de Estados Unidos, pero la Casa Blanca no se ha pronunciado por ahora sobre la posibilidad de que la farmacéutica exporte parte de esa cantidad del medicamento.
El remdesivir, que se administra por vía intravenosa, comenzó a desarrollarse en 2009 y se probó sin demasiado éxito en pacientes de ébola la pasada década y fue aprobado en Estados Unidos para su uso contra el covid-19, mediante una “autorización de emergencia” de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Esa terapia experimental se reservará para los pacientes en estado grave, algo que la FDA define como la necesidad de asistencia para respirar, y su distribución la decidirá el Gobierno federal basándose en “cosas como las camas en unidades de cuidados intensivos”, señaló O’Day.
Aunque algunos expertos advierten que todavía no hay certezas sobre la seguridad de ese antiviral ni su eficacia para combatir el coronavirus, los indicios en ensayos clínicos de que puede acortar la duración de la enfermedad han supuesto un rayo de esperanza en EE.UU., el país más afectado por la pandemia.