A partir de la llegada de la pandemia a EE. UU., hoy en día el país más golpeado en cuanto a casos de enfermos y muertos por covid-19 en el mundo, los migrantes que llegaban de forma ilegal son considerados una amenaza para la salud del país, por lo cual ahora cuando son detectados, son expulsados inmediatamente.
“Al nomás hacer contacto con la persona se toman sus datos de origen, y si no tiene ninguna historia criminal por el que EE. UU. le persiga, la persona inmediatamente es expulsada a México”, aseveró Gloria Chávez, jefa de la Patrulla de Control Fronterizo (CBP en inglés) en una conferencia vía telefónica.
Chávez destacó que a raíz de la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, conocida cono Título 42, han disminuido las detenciones considerablemente, al extremo que en la última semana hubo algunos días que no se registró ninguna, algo histórico.
A pesar de que no contaba con estadísticas precisas sobre la disminución de las detenciones que ha llevado a cabo la CBP, Chávez indicó que “el Título 42 nos ha dado la oportunidad de hacer las expulsiones de manera rapidísima para prevenir la contaminación de personas que posiblemente tengan síntomas del covid-19”.
Sigue tráfico de personas
No obstante, a pesar de la crisis sanitaria que vive EE. UU. y de que cada vez miles de personas están pensando en regresar a sus países de origen, la funcionaria estadounidense aseveró que las bandas de coyotes aún tratan de ingresar a personas a ese país de manera ilegal.
“Siguen convenciendo -a los migrantes- a que se crucen el río, se salten la barda fronteriza o vayan a un área desértica. Todavía vemos que estos criminales continúan abusando de estas personas y poniéndolas en riesgo”, refirió Chávez.
La jefa de la CBP también destacó que el programa Protocolo de Protección al Migrante (MPP en inglés) sigue vigente, pero con números “muy reducidos” de personas que llegan a los puertos de entrada de la frontera sur a solicitar asilo.
A este plan, implementado desde enero del año pasado, ingresan los migrantes que llegan a EE. UU. piden asilo y que no logran demostrar que su miedo es creíble, pero insisten en pelear su caso ante un juez. En lo que este proceso tarda son enviados a las ciudades fronterizas mexicanas.
Detenidos en cárceles de ICE deben retornar a sus países
En la conferencia de prensa también participó Jon Piechowski, subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, quien se refirió a la situación de los migrantes que siguen presos en las cárceles a cargo del servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
Por su vulnerabilidad ante el covid-19 y por tratarse de personas que no representan una amenaza para la comunidad, grupos humanitarios exigen la liberación de estos detenidos que permanecen en prisiones donde ya se han reportado decenas de contagios y que están a la espera de un proceso migratorio judicial.
Se calcula que más de 32 mil migrantes esperan la resolución de sus casos en cárceles de ICE, entre ellos unos cuatro mil 300 guatemaltecos.
Pero Piechowski, aseveró que para Estados Unidos todos los migrantes que no cuenten con un estatus legal debe regresar a sus países de origen.
“Nuestro servicio de Inmigración y Control de Aduanas trata todos los casos, pero nuestras leyes siguen estando vigentes”, respondió, cuando fue cuestionado sobre la posibilidad de que los miles de migrantes sean puestos en libertad.