El programa, cuya inversión asciende a 9 millones de euros -unos Q76 millones-, tiene tres componentes: capacitación acerca de prácticas amigables con los sistemas agrícolas del lugar, la protección del manejo de bosques y la generación de conocimientos para la adaptación al cambio climático.
Este último componente incluye la instalación de nuevas estaciones meteorológicas para generar información científica sobre el comportamiento del clima en la zona.
La Embajada de Alemania en Guatemala precisó que el programa “promueve el mejoramiento de los sistemas productivos y la gestión del agua, el suelo y los bosques”. De igual forma busca la mejora de las capacidades humanas de los habitantes de Corredor Seco para que puedan administrar los recursos naturales a su alcance en adaptación con el cambio climático.
Actualmente funciona en Cubulco, San Miguel Chicaj y Rabinal, municipios de Baja Verapaz; así como en San Agustín Acasaguastlán y Morazán en El Progreso. Además, en Huité, San Diego y Cabañas, de Zacapa.
Buenos resultados
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) es el ente encargado de la ejecución de estos recursos.
El viceministro Fredy Chiroy explicó que este año el Marn ejecutará Q15 millones como parte de ese proyecto. Recientemente el Ministerio adjudicó un concurso en el portal Guatecompras por Q405 mil para la compra de semillas mejoradas de maíz capaces de adaptarse a cambios climáticos.
El funcionario indicó que estas semillas se han entregado desde el 2018 y que este año proyectan cubrir dos mil 800 hectáreas de terreno en los municipios que son parte del programa.
Aunque el objetivo no se estableció con base a un número de beneficiarios, añadió, que el programa llegará al menos a dos mil 126 agricultores en 2020. “Estas semillas tienen las características para adaptarse a los efectos del cambio climático y a la variabilidad que pueda existir”, aseveró Chiroy.
La entrega de semillas a los agricultores está programada para estos días. Previamente se les hizo entrega de fertilizantes.
Al hablar de los resultados, el viceministro expuso que en los lugares donde han sido entregadas estas semillas “se ha logrado una buena cosecha de los cultivos y se han obtenido beneficios para los pobladores” que les han permitido subsistir y garantizar su seguridad alimentaria.
Historia de hambre
En los últimos años, por lo menos del 2013 para acá, ha ocurrido lo mismo en el Corredor Seco. Miles de familias pierden sus cosechas de granos básicos a causa de la irregularidad de las lluvias, a consecuencia del fenómeno de El Niño, o simplemente por canículas que se han extendido hasta 60 días.
El resultado de esta variabilidad climática ha sido la agudización de la inseguridad alimentaria y la desnutrición aguda. Los gobiernos gastan millones cada año en la compra de alimentos cuya entrega muchas veces llega tarde y hasta se ha prestado para la politización.
Expertos citan que existen soluciones que se pueden aplicar en el Corredor Seco, una de estas precisamente la distribución de semillas mejoradas, adaptables al cambio climático.
Chiroy espera que este tipo de programas puedan extenderse a otros municipios de esa área del país; sin embargo, reconoce que esto dependerá de “que tan eficientes somos para ejecutar” y de la transparencia con que se manejen los recursos ya que eso es lo primero que evalúan los donantes.
“Puede haber una réplica -del programa- más adelante si se evidencia que los fondos han sido ejecutados de manera transparente y eficiente y que han alcanzado los indicadores establecidos en los planes. Podemos buscar más apoyo de esta cooperación”, indicó el funcionario.
De momento no está planificado hacer una extensión del programa a más municipios, afirmó el jefe de la Cooperación Alemana.
Detalló que para concretar una extensión de este “se precisarían estudios detallados de factibilidad, un acuerdo entre los dos gobiernos, así como una nueva asignación del gobierno alemán al Gobierno de Guatemala”.
Cada vez se extiende más
La creatividad e iniciativa son ahora más urgentes que nunca, sobre todo después de que el Corredor Seco se ha extendido con el paso de los años, según los datos oficiales más recientes.
En el 2010, esta franja abarcaba 46 municipios de ocho departamentos: Baja Verapaz, Chiquimula, El Progreso, Jalapa, Jutiapa, Quiché, Zacapa y Santa Rosa.
Ya para el 2018, El Corredor Seco había aumentado a 82 municipios y ya abarcaba 16 departamentos. En ocho años se sumaron: Huehuetenango, San Marcos, Totonicapán, Sololá, Retalhuleu, Chimaltenango, Escuintla y Guatemala.
Se calcula que en esa franja territorial hay 109 mil hogares, el equivalente a 556 mil personas.
El Marn considera que algunas de las consecuencias de esta expansión podrían ser sequías más prolongadas y lluvias menos cuantiosas, aunque más intensas que podrían provocar desastres naturales.
Además, la expansión del Corredor Seco significa el cambio en las condiciones ambientales de dichas áreas y en consecuencia migración de especies animales y vegetales.