Se trata de uno de los cuatro agentes que fueron despedidos de la fuerza policial tras conocerse el explosivo video que muestra el arresto el lunes de George Floyd -por supuestamente tratar de pagar en una tienda con un billete de US$20 falso- esposado y acostado en la calle con la rodilla de Chauvin sobre su cuello por al menos cinco minutos.
Esas imágenes dispararon furibundas protestas en Minneapolis, donde cientos de tropas fueron desplegadas la madrugada del viernes tras la tercera noche de disturbios.
Extendidas protestas
La brutalidad policial contra la comunidad de color también disparó protestas en otras ciudades de Estados Unidos.
Luego de actos antirracistas realizados desde Nueva York a Phoenix, el presidente Donald Trump criticó a los funcionarios locales, calificó a los manifestantes de “matones” y amenazó con una fuerte represión.
“Estos MATONES están deshonrando la memoria de George Floyd, y no dejaré que eso suceda. Acabo de hablar con el gobernador (de Minnesota) Tim Walz y le dije que el ejército está completamente a su lado. Ante cualquier dificultad asumiremos el control pero, cuando comience el saqueo, comenzará el tiroteo”, tuiteó.
Twitter ocultó ese tuit, así como el mismo texto publicado luego en la cuenta de la Casa Blanca, diciendo que violaba la política de la red social contra la apología de la violencia. Sin embargo, Twitter permitió que los usuarios puedan acceder al texto en razón del “interés público”.
El expresidente Barack Obama, el primer afroestadounidense en llegar a la Casa Blanca, dijo compartir la “angustia” de millones de personas por la muerte de Floyd y que el racismo “no debería ser ‘normal’ en el Estados Unidos de 2020. No puede ser ‘normal'”.
“La gente está enojada porque está frustrada porque este no es el primer asesinato policial que han visto en el país”, declaró en tanto Al Sharpton, un destacado activista por los derechos de los negros, a la cadena MSNBC.
Joe Biden, candidato demócrata a la Casa Blanca y exvice de Obama, denunció a su vez la “herida abierta” del “racismo institucional” en Estados Unidos y aludió, sin nombrarlo, Donald Trump.
“Ahora no es el momento de alentar la violencia”, dijo. “Necesitamos un liderazgo real, un liderazgo que conduzca al diálogo”.a
Comisaría en llamas
Durante la noche del jueves al viernes, manifestantes rompieron las barreras policiales y tomaron la comisaría de Minneapolis, de donde eran los cuatro agentes involucrados en la muerte de Floyd. Se produjo un incendio que pronto envolvió la estructura.
La Guardia Nacional del estado de Minnestota anunció que 500 efectivos fueron desplegados la mañana del viernes en Minneapolis y la vecina ciudad de St. Paul para restablecer el orden.
“Nuestras tropas están entrenadas para proteger la vida, preservar la propiedad y garantizar el derecho de las personas a manifestarse pacíficamente”, dijo el general a cargo de la Guardia Nacional de Minnesota, Jon Jensen.
Un equipo de CNN que transmitía las protestas fue arrestado por la policía en un operativo trasmitido en vivo, pero fue liberado más tarde. La cadena dijo que el gobernador Walz se había disculpado por lo ocurrido luego de emitir un comunicado condenando el comportamiento de los uniformados.
“Por favor, opten por la paz”
Las protestas estallaron en varias ciudades de todo el país, incluida Nueva York, donde decenas de manifestantes fueron arrestados; pero también en Phoenix, Memphis y Denver.
En Louisville, Kentucky, siete personas resultaron heridas de bala en una protesta el jueves por la muerte de Breonna Taylor, una mujer de color que recibió un disparo cuando la policía entró en su casa en marzo.
Uno de los heridos estaba en estado crítico, según la policía de Louisville, que aún no aclaró la procedencia de los disparos.
La policía instó a los manifestantes a “optar por la paz”, difundiendo un mensaje en video de un miembro de la familia de Taylor que pide a la gente que “vayan a casa y estén seguros y listos para seguir luchando”.
Pero se esperaban más protestas en el país el viernes, incluso en la capital federal Washington y en Houston, donde vive la familia de Floyd.