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Después de tres meses sin datos de la sala situacional, el Ministerio de Salud informó que había 13 mil 740 casos hasta el 25 de abril, lo cual mostraba que la cifra del año pasado se había triplicado. Mientras que el informe hasta la primera quincena de abril presenta un acumulado de 14 mil 845.
Seis de cada 10 de los infantes que han sido identificados con esta condición tienen entre seis y dos años. Sin embargo, se han encontrado casos de menores de seis meses, situación que preocupa, ya que estos niños deberían ser atendido dentro de las acciones de la Ventana de los Mil Días, pensadas precisamente para prevenir la desnutrición.
Ente los datos que se reportan hay cuadros moderados, condición en la que se encuentran siete de cada diez niños, mientras que tres están en un estado severo, que de no ser atendidos con tratamiento y programas de alimentación oportunos pueden fallecer.
El Ministerio de Salud ya reporta la muerte de tres infantes que tienen menos de un año de edad, dos casos ocurrieron en Petén y otro más en Huehuetenango, mientras que hay otros 30 en investigación, pues es necesario establecer si su deceso es producto de la desnutrición aguda o de alguna otra enfermedad.
Según el reporte del Siinsan, desde el 2015 los casos de desnutrición aguada notificados venían en descenso, pero en el 2019 se evidenció un incremento del 22%, comparado con el período anterior. Este año, el aumento se disparó a un alarmante 158.3%
El Ministerio de Salud justifica que esto se debe a que se implementaron mejoras en el módulo de nutrición en la web del Sistema de Información Gerencial de Salud (Sigsa), lo que permite detectar a más niños con la afección.
Sin embargo, aclara que los datos deben ser verificados y reconfirmados con las distintas áreas de salud para corrobora que no haya duplicidad en la información.
Andrea Aldana, Defensora de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), menciona que es necesario que el Ministerio de Salud verifique y rectifique los datos, pero hace hincapié que independientemente del cambio en la metodología para ingresar la información al sistema, no hay duda de que los casos por desnutrición aguda en el país van en aumento.
Para Rita Franco, de la Instancia de Consulta y Participación Social (Incopas), la información que ahora se presenta en el Siinsan muestra una visión más certera del tema de la desnutrición aguda en Guatemala, una “realidad dura y que el país debe enfrentar”. No descarta que las cifras tengan que corroborarse con los puestos y centros de salud, pero urge que los niños reciban tratamiento nutricional y médico lo antes posible.
Por departamentos
Escuintla no es el departamento con el mayor número de casos, pues registra 2 mil 4 y está por debajo de San Marcos, con 2 mil 146. Sin embargo, sí es el que tiene la tasa más alta de niños con mayor riesgo de presentar desnutrición aguda moderada: por cada 10 mil escuintlecos hay 156.4 infantes con esta condición. Mientras que el peligro de que se den casos severos es de 62.5, por igual número de personas.
San Marcos, Guatemala, El Progreso, Izabal, Quetzaltenango, Suchitepéquez, Retalhuleu, Huehuetenango, Zacapa, Sacatepéquez y Chiquimula también son áreas donde las alertas se encienden ante el riesgo elevado de hallar a niños con desnutrición aguda. Aunque en 20 departamentos del país se ha visto un incremento de casos acumulados respecto al año anterior.
De acuerdo con Maritza Méndez, Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán), los casos de desnutrición aguda están relacionados con el aumento de la pobreza entre la población, condición que lleva a la inseguridad alimentaria, pues las familias no cuentan con los recursos para la compra de alimentos. Esta situación se agrava debido a las medidas de contención contra el coronavirus, que impactan en la economía de los hogares.
Aunque para Franco los casos de desnutrición aguda como producto del covid-19 aún no se reflejan en los reportes, será en las próximas semanas que se verá el impacto de esta crisis que atraviesa el país.
Localizar dónde están estos niños es vital, y Méndez dice que hay un plan interinstitucional para realizar una búsqueda activa de casos. La meta es tener 340 brigadas, una en cada municipio del país que se dedique exclusivamente a esta tarea.
Cada equipo estaría integrado por cuatro personas y se prevé que en tres meses se tenga listo un informe de todo el país.
“Al identificar a los niños, el Ministerio de Salud entregaría de una vez el tratamiento, que consiste en alimento terapéutico listo para consumo, también antibióticos, micronutrientes en polvo, en algunos casos sales de rehidratación oral, que es la parte médica, pero también viene detrás una parte de asistencia alimentaria que está gestionando con el Ministerio de Agricultura y el sector privado”, indica la titular de la Sesán.
Urge atención
El Gobierno ha instaurado varios programas para atender a la población ante la emergencia del covid-19, pero Aldana señala que su ejecución es baja y que aún están en fase de planificación.
Refiere que hay programas en distintos ministerios que se han venido trabajando para atender la crisis alimentaria de todos los años, pero estos se han dejado de lado.
“No hay que enfocar todos los esfuerzos al covid-19, hay otros programas que hay que priorizar para atender la problemática, es importante esa visión de ejecutar los fondos, porque los fondos están allí para atender a la población”, dice Aldana.
La PDH ve con preocupación la inacción para abordar este tema, que se agudiza cada vez más y la consecuencias se ve en niños con desnutrición aguda y muertes por esta causa.