Las compras principalmente son de maíz, frijol y arroz, aunque también se ha adquirido azúcar y aceite. Hasta este 25 de junio, 96 concursos se habían registrado en el portal Guatecompras y hay varios que están pendientes de ser adjudicados.
En dichas adquisiciones que han efectuado amparados en el estado de excepción, las municipalidades han gastado Q35 millones. Entre las que más han comprado están: la de Nebaj, Chajul, Chiché y Santa Cruz del Quiché, en el mismo departamento, por Q8 millones 418 mil entre las cuatro.
También Nahualá, Quetzaltenango, Q2.2 millones; Quesada, Jutiapa, Q1.4 millones; Jalapa cabecera, Q897 mil; San Juan la Laguna, Sololá, Q860 mil; y Fraijanes, Q849 mil.
Las comunas comenzaron a comprar alimentos, las más precavidas, porque vislumbraron desde el inicio de la pandemia un descalabro económico en las economías familiares. El resto al ver que los programas del Gobierno no arrancaban.
En cualquier caso, la realidad de muchos guatemaltecos en la provincia es que se han quedado sin ingresos y necesitan alimentarse.
“Hay una exigencia de parte de la población para que las municipalidades apoyen con granos básicos”, comentó el presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam), Miguel Ovalle.
El también alcalde de Salcajá afirmó que el clamor de la población se entiende después de tres meses de que la economía se ha paralizado, especialmente la informal que es de la que sobreviven miles de guatemaltecos, cerca de 70%, según cálculos oficiales.
A este segmento de personas afectadas, añade Ovalle, hay que agregar a aquellas que por cuestiones estructurales son pobres extremos. “Acá se juntan dos cosas, los pobres que siempre están necesitados y los que ahora perdieron un empleo o tuvieron que cerrar su negocio”, enfatiza.
La necesidad de comprar productos no es solo de municipios lejanos, comunas como Amatitlán, Villa Nueva y San Miguel Petapa también han hecho compras que van desde los Q200 mil hasta los Q800 mil.
Ayuda llega poco a poco
Aunque Ovalle afirma que los programas gubernamentales “ya están llegando” como la alimentación escolar y el Bono Familia, en muchos municipios están pendientes de los programas de apoyo a la economía informal y de entrega de alimentos.
En Atescatempa, Jutiapa, las autoridades ya han entregado granos básicos y otros insumos a ocho mil 600 familias, afirma Billy Torres, director de Planificación de esa comuna.
Según Torres, respecto a la ayuda de gobierno, hasta la semana pasada algunos comerciantes informales comenzaron a ser beneficiados, pero en cuanto a alimentos “no hemos recibido nada”, a pesar de que a economía está paralizada desde mediados de marzo.
Quizás por eso, fue que las autoridades se vieron obligadas a autorizar de nuevo el funcionamiento de los mototaxis, según Torres “con todas las medidas de precaución”, puesto que las personas necesitan obtener ingresos.
Sin embargo, el trabajador municipal dice que ya no hay recursos para comprar más alimentos. “Estamos con esperanzas de que el Gobierno nos pueda ayudar, porque el presupuesto de la municipalidad no es tan amplio”, señala Torres.
La preocupación de muchas comunas radica justamente en que tendrá que sacrificar algunos gastos para adquirir alimentos, incluso proyectos de infraestructura.
“Solo se han hecho algunas reparaciones de calles y caminos que estaban en muy mal estado, pero en estos meses nos hemos enfocado en la pandemia y en apoyar a las personas no solo con comida, sino también con mascarillas y gel”, aseveró Torres.
No es suficiente
El alcalde de Chiché, Quiché, Mario Frederick Tiño, expuso que la ayuda gubernamental ha llegado solo “a algunos” y “no ha sido suficiente”.
Por ejemplo, Tiño afirma que las personas que tienen energía eléctrica ya fueron beneficiadas con el primer pago del Bono Familia, el problema es que en ese municipio “la mayor parte de las personas” no cuentan con ese servicio.
“Nosotros estamos viendo la forma de cómo ayudarlos, pero toda la gente quiere, y hay otros que ya han recibido, pero dicen que aparte tiene que ser la ayuda de la municipalidad”, asevera el jefe edil.
Procesos
Si bien es cierto, el estado de Calamidad permite comprar alimentos para apoyar a los vecinos necesitados, los alcaldes que hagan este tipo de adquisiciones deberán tener especial cuidado en hacerlo de la manera correcta para evitar reparos de la Contraloría General de Cuentas, comenta el presidente de la Anam.
Ovalle aconseja a sus colegas asesorarse con algún experto del Ministerio de Finanzas para hacer las transferencias presupuestarias correctas, porque al ser la pandemia una emergencia las comunas no contaban con los espacios presupuestarios adecuados para comprar alimentos; además, es importante contar con todos los documentos que respalden una compra.
“El acuerdo 12-2020 del Congreso de la República faculta para que el 100 por ciento de los aportes del IVA-Paz puedan utilizarse para gastos de funcionamiento y ahí entrarían los alimentos”, subraya Ovalle, quien añade que en muchos municipios los centros y puestos de Salud también demandan a los alcaldes la compra de insumos médicos y hospitalarios para enfrentar la pandemia “y algunos” lo han hecho.
Programa recién arranca
Mientras tanto, el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (Maga) comenzó el pasado 15 de junio con la entrega de alimentos a familias afectadas por la pandemia del coronavirus. Algunos de los municipios en donde ya se dio la ayuda son Santo Tomás La Unión, Suchitepéquez y San Agustín Acasaguastlán, El Progreso.
En total el Congreso aprobó Q700 millones que serán ejecutados tanto por el Maga como por el Ministerio de Desarrollo Social.
El Maga entrega alimentos a familias necesitas por medio del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Cada dotación está conformada por 100 libras de maíz blanco, 30 de frijol negro, 13 libras de harina de maíz y soya fortificada, 10 libras de arroz blanco, 6.6 de mosh, 5.5 libras de azúcar, 1 libra de sal y 3 botellas de aceite.
El Maga aseguró que el programa llegará a los 340 municipios y, junto con el Mides, alcanzará a un millón de familias.