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Coronavirus: Efectividad del plan de apertura depende del número de pruebas y precisión de los datos

El éxito o fracaso del plan que presentó el presidente Alejandro Giammattei de cara a la nueva normalidad depende de la cantidad de pruebas diarias que se hagan en el país para medir con certeza cuantos casos nuevos de coronavirus existen, de lo contrario comenzar procesos de reapertura sin datos certeros podría ocasionar un incremento desmesurado imposible de atender por la red hospitalaria.

En Guatemala se mantiene el uso de la mascarillas para prevenir contagios de coronavirus. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En Guatemala se mantiene el uso de la mascarillas para prevenir contagios de coronavirus. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

 

El éxito o fracaso del plan que presentó el presidente Alejandro Giammattei, de cara a la nueva normalidad, depende del número de pruebas diarias que se practiquen en el país para medir con certeza cuántos casos nuevos de coronavirus se reportan. De lo contrario, comenzar procesos de reapertura sin datos certeros podría ocasionar un incremento desmesurado de contagios, imposible de atender para la red hospitalaria.

La principal duda que quedó en el aire luego del mensaje presidencial del domingo último es cuántas pruebas contemplan efectuar por día, ya que el paso de un sistema de alerta a otro va a depender de las cifras de casos positivos diarios por cada 100 mil habitantes, o del porcentaje de positividad que las mismas reporten, pero en el país siguen sin acercarse a las 5 mil recomendadas.

“Si yo hago pruebas en cada departamento, suficientes para determinar si reaperturo o para ver en qué fase del semáforo estoy, pues bienvenido sea, pero sin pruebas vemos cuesta arriba que se pueda hacer. De hecho, esas 145 mil pruebas que dice el ministerio tener de tipo PCR —molecular— no se ve claro que se pongan a realizarlas, porque no se hacen más de dos mil al día”, señaló José Ortiz, representante del Observatorio Covid–19.

El principal riesgo que expone Ortiz es que va a comenzar el proceso de reactivación económica cuando muchas personas estarán en las calles sin saber si están contagiadas, y podría incidir en un ascenso acelerado en la curva de casos.

“Lo que va a pasar es que van a llenar todavía más las emergencias de los hospitales y ya no van a caber. Al no hacer pruebas, al estar prácticamente ciegos de cómo se está comportando la pandemia, si no va haber un descenso, si no va haber una fase sostenida por unas buenas semanas, quiere decir que no se interrumpió y que el semáforo no sirvió. Pero no sirvió porque no se hizo pruebas”, advirtió Ortiz.

Quien también considera necesario hacer más diagnósticos para tener mejores resultados es el facultativo Jorge Luis Ranero, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala, quien estima que ante una pandemia lo ideal es hacer 5 mil pruebas diarias, pero en Guatemala aún no se practica.

“Entendemos que existe un número muy grande de pacientes que no se han diagnosticado científicamente, por no contar con el número adecuado de pruebas que impide tener un monitoreo oportuno de la situación real en el país. Se ha insistido en que el número de pruebas que se hacen en el país es mínimo, muy por debajo de los requerimientos descritos en un control de pandemias, y eso nos asegura un subregistro muy grande y las consecuencias son que no tenemos el adecuado control, no sabemos cuántos casos hay ni cómo reaccionar. Los datos que manejamos están muy por debajo de la realidad, el ministerio toma todas las acciones en función de manejar a ciegas la pandemia”, señaló Ranero.

Los especialistas consideran que medir la escala de alertas, ya sea por las cifras de nuevos casos por cada 100 mil habitantes o por el porcentaje de positividad de las pruebas diarias son métodos efectivos, siempre que exista una muestra que ejemplifique realmente la situación del país, y la única manera de hacerlo es masificar las pruebas y agilizar la entrega de resultados.

Sin datos actuales

Las proyecciones que se están utilizando para la estrategia sanitaria son producto del censo de población y vivienda del 2002, porque las proyecciones del censo de 2018 aún no han sido publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo cual impide que se conozca con precisión la situación real.

“Urge que para esta herramienta que propone el Gobierno se utilicen las nuevas proyecciones de población con base en el censo 2018. No hay excusa para no hacerlo, porque esos datos los tiene el INE, ya los trabajó, y lo que entiendo es que están pendientes de ser publicadas. Esto es importante, porque la omisión censal no fue la misma por áreas geográficas (…) esos indicadores que ellos presentaron, todos, son una tasa ajustada por población. Entonces, si usted tiene 100 casos positivos de covid en las últimas dos semanas, pero en lugar de dividirlo entre 500 mil lo divide entre 1 millón, ya la tasa bajó a la mitad”, explicó Carlos Mendoza, integrante de la asociación civil Diálogos, y experto en manejo de datos estadísticos.

Quienes comparten el criterio de que también deben existir mejores datos para la efectividad de la estrategia es la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), desde donde han manifestado que las cifras por cada municipio siguen siendo desconocidas.

“Hace falta información. Hasta el momento, el Ministerio de Salud no ha publicado datos activos de covid–19 por municipio, con lo cual, definitivamente, hace falta poder empezar a tener ese tipo de información. Sí vemos, también, bastante bajos los límites que se puso para cada etapa. Solo para el caso de Guatemala, que se está poniendo para el cambio de fase, tomaría mucho tiempo y hay muchas actividades que tendrían que quebrar”, puntualizó el director ejecutivo de Fundesa Juan Carlos Zapata.

Código de alertas

  • Color Rojo: representa la alerta máxima y se va a medir cuando algún departamento o municipio tenga más de 25 casos positivos por cada 100 mil habitantes o si el porcentaje de positividad de las pruebas corridas en la región es mayor al 20%. Durante este nivel de alerta se restringen todas las actividades, principalmente e transporte público, la círculos de autos acorde a su número de placa y fecha y tampoco se permitirá la reapertura de centros comerciales y actividades sociales.
  • Color Naranja: Es catalogada como alta y va a ser medida cuando se tengan de 15 a 24 casos positivos por cada 100 mil habitantes o si el porcentaje de pruebas positivas para la zona es del 15 a 20%, el transporte públicos podrá comenzar de manera parcial, bajo estrictos protocolos de seguridad y podrán comenzar a abrir los centros comerciales que cumplan con las garantías de sanidad pertinentes.
  • Color Amarillo: Será una alerta considerada como moderada y su parámetro será cuando se tengan de 5 a 14 casos positivos por cada 100 mil habitantes o si el porcentaje de pruebas positivas refleja de un 5 a 14%, en este punto se espera mayor flexibilidad de la mayoría de actividades económicas.
  • Color Verde: Es clasificado como el ingreso a “la nueva normalidad”, será posible la operación de la mayoría de actividades bajo las normas de la nueva normalidad que será presentada en el diario oficial, en el mismo se va a explicar el protocolo para cada una de las actividades nacionales.

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