Salud y Familia

Consejos para mejorar la comunicación familiar y tener mejor convivencia

La comunicación en el hogar dependerá de la dinámica de cada familia, por ello no existen reglas para mejorarla. Sin embargo, hay ciertas pautas que pueden promover la escucha, atención e interacción entre los miembros de la familia.

Los momentos alrededor de la mesa, como los tiempos de comida, son ideales para conversar y generar interacción con la familia. (Foto Prensa Libre:  National Cancer Institute en Unsplash).

Los momentos alrededor de la mesa, como los tiempos de comida, son ideales para conversar y generar interacción con la familia. (Foto Prensa Libre: National Cancer Institute en Unsplash).

Una familia se caracteriza por pasar mucho tiempo juntos o, al menos en los momentos más importantes. Sin embargo, esto no garantiza una buena comunicación. Para los expertos, comunicarse no significa solo intercambiar palabras, sino también qué se dice, cómo, por qué y cuándo. Por ello, es importante cuidar la expresión verbal y no verbal, así como la coherencia entre las palabras y acciones.

Si con frecuencia llega a casa en “piloto automático”, continúa pensando en el trabajo, tiene preocupaciones, revisa constantemente su WhatsApp o únicamente llega a ver televisión, sin darse cuenta, no se comunica con su familia, lo cual en un mediano y largo plazo puede traer consecuencias negativas en su relación familiar.

De acuerdo con Cristina González, psicóloga clínica especialista en terapia familiar, cuando se tienen dudas acerca de si en casa se lleva una buena comunicación, se pueden hacer las siguientes preguntas.

  • ¿Pasa tiempo en casa dialogando con su pareja e hijos?
  • ¿Pueden los demás miembros de su familia compartir sentimientos de todo tipo?
  • ¿Al tener necesidades o deseos, aunque no sean importantes, se expresan con confianza?
  • Si sucede algo negativo, ¿se busca al culpable o tratan de buscar la solución en equipo?
  • ¿Entre los miembros de la familia se muestra respeto por los sentimientos y anécdotas de los demás cuando hablan?
  • ¿Si pide respeto o que lo escuchen, usted también lo otorga?
  • ¿Puede conversar directamente con cualquier miembro de su familia?

Si la mayoría de las respuestas son positivas, entonces la forma de comunicarse es la adecuada, de lo contrario, ya se tiene una visión de qué aspectos se deben reforzar. Lo ideal es involucrar a todos los integrantes de la familia para que exista un compromiso de parte de todos.

Comunicación con niños y jóvenes

“La comunicación en el hogar sufre de algunos altibajos y es normal. Hay que tomar en cuenta que existen diferencias importantes por las que nos cuesta entendernos. Por ejemplo, la diferencia generacional entre padres e hijos y el desarrollo de la tecnología”, comenta González.

Dedicar un tiempo al día para conversar con los hijos marcará la diferencia en la comunicación y en el sentido de pertenencia de los adolescentes. (Foto Prensa Libre: Pixabay).

Es común que los padres de familia consideren como buena comunicación el hecho que sus hijos obedezcan sus órdenes, sin embargo, en este caso no existe una comunicación real de intercambio de ideas y sentimientos. Por ello, es importante que los adultos siempre estén dispuestos a escuchar, en cualquier momento, lo que los hijos quieran decir y aprender a respetar sus ideas y opiniones.

También se puede comenzar la conversación preguntando cómo les fue en el día, para que ellos puedan darse cuenta de que le interesa lo que sucede en su vida. Así como dedicar tiempo para compartir actividades juntos, concentrarse en los sentimientos de los hijos durante la conversación y dar respuestas amables, no estar a la defensiva, aconseja Mariana Castillo, psicoterapeuta de bienestar emocional.

¿Cómo mejorar la comunicación en el hogar?

No existe una regla básica para la comunicación familiar, cada familia es diferente y tiene un lenguaje particular. Sin embargo, las profesionales comparten algunos consejos generales que cada familia podría poner en práctica con voluntad, interés y disponibilidad, principalmente los adultos para que la convivencia sea más amena.

  • Momentos sin tecnología: durante el rato que se comparte más con la familia, como cuanto están en torno a la mesa (desayuno, almuerzo y cena), es importante que no se utilicen aparatos tecnológicos para evitar la distracción y que cada persona se concentre en sus temas de interés. Estos espacios son ideales para que surja una comunicación fluida.
  • Fomentar el diálogo: en los momentos donde se comparte más tiempo juntos y se generan conversaciones puede intercambiar ideas y opiniones acerca de un tema que le despierte interés. De esta forma conocerá la opinión de los demás, por medio de un dialogo participativo. Siempre es vital respetar las aportaciones de todos, para que se genere confianza, seguridad y sentido de pertenencia.
  • Cultivar el diálogo en pareja: cuando los hijos están presentes en el hogar la atención siempre está dirigida a ellos y los adultos corren el riesgo de olvidar su relación de pareja. Por eso es importante que dediquen, al menos una vez a la semana, un tiempo para estar juntos. “No olvidemos que antes de los hijos, los padres son cónyuges y se quieren. Por eso hay que prestar atención a las necesidades de esa relación”, dice Castillo.
  • Ser amable: el estrés y las preocupaciones pueden provocar un tono de voz fuerte o descortés al decir las cosas. Aunque la familia tenga mucha paciencia en algún momento se acaba y puede provocar muchos problemas si no se es amable al hablar.
  • Tener interacción: es importante mostrar interés por cada miembro de la familia preguntando cómo les ha ido en el día o qué es aquello que les preocupa. Así se fomenta una comunicación directa, personal, humana y un mayor conocimiento de la situación personal de cada miembro.

Respecto a la comunicación con los hijos, el portal Healthy Children comparte algunos consejos para mejorar la comunicación con los menores.

  • Demostrar empatía: trate de comprender los sentimientos de sus hijos y hágales saber que entiende la situación. Si su hijo está triste o disgustado, una caricia o un abrazo pueden hacerle saber que usted comprende esos sentimientos tristes o negativos. No le diga qué es lo que él piensa o siente. Permítale expresar esos sentimientos. Asegúrese de no minimizar sus emociones diciendo cosas como “Es tonto sentirse así” o “Lo comprenderás cuando crezcas”. Lo que siente es real para él y debe ser respetado.
  • Saber escuchar: eso los hace sentir amados y valorados. Por ello, pregúntele a cada uno cómo se siente hoy, qué opina de un tema, etc. Si lo que dice su hijo no le queda claro, repita lo que escucha para asegurarse de comprender lo que intenta decir. No necesita estar de acuerdo con lo que dice el pequeño, solo es necesario que sepa escuchar.
  • Mostrar disponibilidad: encuentre un momento para hablar las cosas con tranquilidad. Dedicar, aunque sea 15 minutos al día para conversar acerca de cualquier tema con su hijo, sin distracciones, marca una gran diferencia en la creación de buenos hábitos de comunicación. Siéntese y vea a su hijo mientras habla, esos pocos minutos serán muy valiosos para ambos.

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