POR LA LIBERTAD
El gobierno debe cambiar de rumbo
Este gobierno decidió desde el 13 de marzo cerrar el país, controlar a los ciudadanos y generar una serie de medidas de compensación para ayudar a los más necesitados y a los que perdieran sus empleos. De esta cuenta incrementó la deuda pública a niveles nunca vistos en el país. Después de cinco meses debemos preguntarnos si funcionó la estrategia basándonos en resultado, no en lo que dicen los funcionarios del gobierno.
' Hay que simplificar el sistema tributario, eliminar impuestos empobrecedores que afectan las inversiones de capital.
Ramón Parellada Cuadrado
Al día de ayer, la ejecución de los programas sociales que el gobierno consideraba fundamentales (decreto 13-2020) para paliar las restricciones impuestas dejaba mucho que desear. Solo llevan ejecutados 40% del Bono Familia, 49% del fondo de protección al empleo. 44% del Fondo del crédito al Capital de Trabajo (CHN). El subsidio a la energía eléctrica llevaba el 100% pero era el menor monto de todos. En cuanto al decreto 20-2020, llama mucho la atención que hay un rubro para Infraestructura de Salud por Q30 millones y no se ha ejecutado nada. Tampoco han ejecutado nada de los Q600 millones asignados en Proyectos de Reactivación Económica. También hay un rubro que es para ventiladores, pruebas covid-19 y equipo, trajes y materiales de protección del personal por Q370 millones y apenas lleva un 6% ejecutado. Uds. pueden ver todos los demás proyectos y sus asignaciones en la página del Ministerio de Finanzas y darle seguimiento. Al menos hay transparencia en esto. Estos niveles de ejecución demuestran lo ineficiente que es el Gobierno. Y el error de haber cerrado con tantas restricciones la economía. Este año se espera un PIB de -4 a -5% en términos reales. Hubiéramos podido salir adelante con menos restricciones y precauciones sin necesidad de tanta destrucción de empleos y empresas.
Es injustificable la baja ejecución del Ejecutivo. Más aún si estamos en un estado de Calamidad donde pueden comprar obviando la Ley de Contrataciones del Estado, que les permite hacer compras por excepción en forma rápida. Si no fuera por las pruebas y tantas donaciones que la iniciativa privada otorgó inmediatamente a los hospitales, estaríamos mucho peor.
La deuda del país se ha incrementado enormemente. No basta verla en relación con el PIB. No debió pasar del 25% del PIB. La deuda oficial está ahora alrededor del 35% del PIB sin tomar en cuenta lo que el gobierno le debe al Banguat y al IGSS. Pero esta cantidad no es la importante de comprar, sino que hay que verla contra ingresos fiscales. Y aquí es donde estamos muy mal porque la deuda en 2020 apunta a ser del 355% de los ingresos fiscales. Tal como está la deuda, los guatemaltecos la pagaremos con impuestos mayores en el futuro y con inflación (por la parte del Banco de Guatemala).
El Gobierno debe cambiar el rumbo. Debe utilizar otra estrategia para lograr incrementar el nivel de vida de todos los guatemaltecos, en especial los más pobres. Los países más desarrollados lograron su crecimiento económico con cargas fiscales entre el 6% y el 10%. Hay que simplificar el sistema tributario, eliminar impuestos empobrecedores que afectan las inversiones de capital. Urge simplificar todos los trámites y que se eliminen el exceso de regulaciones, permisos y licencias. En la medida en que logremos todo esto, la economía informal, que es del 70%, disminuirá y más gente contribuirá a los gastos del Gobierno. El nivel de vida de los guatemaltecos se incrementará.
El Gobierno debe gobernar sin nuevos estados de Excepción. Este rumbo es el de la prosperidad, el de mayores actividades económicas y más riqueza para todos. Hay que abrir la economía completamente, incluyendo aeropuerto y educación. No debemos seguir impidiendo el progreso.