La pandemia en el país ya rebasó los 60 mil contagios, el primer caso fue confirmado el viernes 13 de marzo. A partir de marzo el país ha estado bajo estado de Calamidad por la emergencia sanitaria, lo cual no obstaculiza ni afecta que los vuelos cargados con droga sigan aterrizando en el país.
Según los reportes del Ejército, en lo que va de 2020 han siendo encontradas 21 aeronaves y han detectado 32 trazas de vuelos irregulares que tenían a Guatemala como posible destino de aterrizaje. Pero comparado con enero a julio de 2019, fueron halladas 26 aeronaves, de las cuales 24 eran avionetas y dos jets, mientras que 33 trazas fueron detectadas.
Para el fiscal Alan Ajiatas, subjefe de la Fiscalía de Delitos de Narcoactividad del Ministerio Público (MP), la disminución de hallazgos de aeronaves se debe a la pandemia de la covid-19 porque toda la actividad se reorganizó por las restricciones de movilidad a nivel regional.
El 26 de julio, a 14 kilómetros del Chal, Petén, fueron encontrados un jet incinerado, cuatro vehículos calcinados, dos cargadores de fusil y equipos de iluminación en cercanías de una pista clandestina. Además, fueron incautados 2 mil 107 paquetes de cocaína, algunas de las tulas estaban escondidas en agujeros hechos en la tierra. De enero hasta al 26 de julio, el MP informó que han incautado 7 mil 336.20 kilos de droga en 18 procedimientos.
Facilidad de traslado
Ajiatas reconoció también que, todos los países tienen áreas desprotegidas y el narco tiene la capacidad de moverse de un lado a otro con facilidad, porque, aunque Guatemala tenga cubierta su área, los narcotraficantes se pueden mover de forma muy práctica a México o Belice.
Petén sigue siendo uno de los lugares preferidos para que aterricen las aeronaves, ya que, 10 de las 21 fueron encontradas en este departamento en lo que va del año, las demás fueron halladas en Quiché, Santa Rosa, Retalhuleu, San Marcos y Alta Verapaz. La principal traza que traen los aeroplanos es que provienen de Venezuela y Ecuador.
El fiscal dijo que las condiciones de las aeronaves no son óptimas, porque tienen muchas modificaciones que elevan el riesgo de un accidente al momento de aterrizar. De enero a la fecha, Ajiatas dijo que solo han hallado tres accidentadas.
“Por ejemplo, Guatemala tiene cubierta su área, de manera práctica se pueden mover a México o Belice. Puede que vengan (los narcotraficantes) a Guatemala, pero si en Honduras se dan las condiciones prefieren asegurar y descienden allí”, explicó Ajiatas.
Aterrizaje en países vecinos
Una fuente bien informada sobre el tráfico de droga en el país explicó que, aunque la pandemia afectó el tráfico de drogas aéreo, las aeronaves siguen saliendo de Venezuela y Ecuador, pero ahora aterrizan en países vecinos como Belice.
Agregó que muchos narcotraficantes son previsores y no siempre se quedan a la espera de exportar cargamentos de drogas para surtir la demanda, por lo que les compran a otras estructuras y los guardan para cuando existan tiempos difíciles para trasegar drogas desde Suamérica. Entonces, es cuando desentierran “el tesoro” como le conocen, para venderlo con mayor valor en el microtráfico.
Además, señaló que otra de las sospechas que tienen es que, los narcotraficantes están tirando las tulas con paquetes de cocaína en lugares específicos, mientras las aeronaves vuelan para evitar descender en el país, porque tienen otro destino.
Otra fuente experta en narcotráfico afirmó también que el año pasado hubo mayor incursión del narcotráfico por aire, porque era el último año de gobierno de Jimmy Morales y posiblemente tendrían que pagar favores políticos con autorizaciones de que las aeronaves ascendieran en el país para trasegar los cargamentos.
Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) destaca que la producción de cocaína en Colombia podría estar siendo obstaculizada porque los productores, sobre todo los del oriente de dicho país, tienen escasez de gasolina (esencial para producir la cocaína) que era contrabandeada desde Venezuela.
Mientras que en Bolivia podría darse un incremento en el aumento de cultivo de arbustos de coca por la crisis política que se vivió a finales del año pasado y también por la propagación del covid-19, porque estas problemáticas parecen limitar el control de las autoridades sobre la producción del ilícito.
Perú también es otro de los países productores de coca en América y según el análisis, el precio de la droga cayó y con las restricciones impuestas en dicho país podría indicar que disminuirá el tráfico; no obstante, la crisis económica que generó la pandemia pone en riesgo a los agricultores para que retomen o incrementen el cultivo en todas las principales naciones productoras.
Juan Carlos de Paz, portavoz del Ejército, explicó que su función en negarle el uso del espacio aéreo al narcotráfico, por lo que buscan otros países como México, Belice u Honduras para aterrizar los cargamentos cuando encuentran unidades militares en tierra esperándolos.
El vocero también señaló que el narcotráfico es muy complejo, variable y depende de muchos actores, pero comparado con el año pasado de agosto para diciembre se incautaron al menos seis toneladas de cocaína, mientras que durante los primeros siete meses del año de 2019 solo llevaban cuatro toneladas y media incautadas.
“Todavía faltan meses del año para seguir en la lucha contra el crimen organizado y esperaríamos alcanzar la misma cifra o superar la del año pasado (11 toneladas)”, afirmó de Paz.
Además, confirmó que en abril pasado actualizaron el acuerdo de cooperación con Colombia para la lucha contra el crimen organizado transnacional, en donde se contempla la interceptación de aeronaves que se presume trasladan cargamentos de drogas y agregó que estos acuerdos de la lucha contra el crimen organizado que transciende fronteras como el narcotráfico los firmaron con varios países.
“Es una acción estratégica que busca potenciar las acciones y fortalecer las medidas de fomento de la confianza en el intercambio de información. Uno de estos países es Colombia”, señaló el portavoz.