A pesar de las dificultades, este un momento clave para no bajar la guardia, cuenta David Urbina, curador de la muestra. Aunque estaba agendada desde hace meses, la exposición pudo haber sido cancelada; sin embargo, el laburo y el entusiasmo no se detuvieron.
“Nos interesó seguir”, relata Urbina, que se ha dedicado a la gestión curatorial durante 10 años, a la museografía desde hace 20, y quien, además, funge como curador en el espacio Proyecto Poporopo.
Urbina ideó a inicios de año Revisiones, una serie de exposiciones en las que se pretende gestionar e indagar el proceso de los artistas incluidos. “Presentarlos es muy importante. Nos pone en un panorama más amplio de las líneas del artista”, amplía.
Pintura, dibujo, arte objeto, instalación y vídeo comulgan en la actual propuesta. En esta segunda edición figuran los nombres de los nacionales Erick Boror, Manuel Tzoc y Leonel Juracán; así como los salvadoreños Abigail Reyes y Walterio Iraheta.
Aún con disciplinas diferentes, las cinco voces se manifiestan desde un punto en común: la palabra. Según indica la declaración de la muestra, el uso textual fue el detonante que motivó el diálogo entre los artistas.
La idea del espacio es proponer un intercambio más allá de la geografía. Urbina explica que otro de los intereses del proyecto consiste en entablar conexiones globales; en este caso entre Guatemala y El Salvador. Además, se busca contextualizar las obras y hablar desde un punto sociopolítico, mismo que está marcado por la ironía y lo lúdico en la segunda edición.
Desde su inicio en agosto, cada artista ha podido ampliar más estas nociones en un ciclo de entrevistas y cápsulas que se pueden encontrar en la página de Facebook del espacio cultural OS·MO·SIS.
Una sala para conversar
Desde la entrada a la galería donde se desarrolla Revisiones existe ese contacto entre el visitante y artista. Ahí, en su pasillo inicial figuran los dibujos de grafito sobre papel de algodón del salvadoreño Walterio Iraheta.
Cada uno muestra tipografías con peyorativos utilizados en Guatemala; un posicionamiento que busca “poner en tela de juicio los estereotipos” y que se contrasta con la representación de “ser un héroe en términos históricos de la modernidad”, según explica la declaración del artista. En sus enmarcados pueden leerse palabras como “Superindio”, que inquietan y se basan en las dinámicas de la sociedad guatemalteca.
Más adelante, en la sala de la galería, las piezas siguen hablando por sí solas. Es imposible no ver el gran pliego de papel mecanografiado de la también salvadoreña Abigail Reyes. Su instalación hace referencia a la “repetición mecánica, disciplina” de ejercicios mecanográficos durante su educación media.
Desde esta pieza, Reyes evoca a su pasado y a la educación que considera, es un sistema casi repetitivo basado en el condicionamiento, la anulación del pensamiento crítico y la sensibilidad; según indica en su planteamiento. La obra consiste en rollos de papel que además están cosidos y aluden a una cadena de palabras.
Atrás, en una de las paredes, se aprecian las bocas pintadas por el artista nacional Erick Boror de la serie IMPLACABLE. Varios cuadros al óleo muestran una risueña y coqueta facción que es complementada con palabras como “IMPLACABLE” y frases como “CON CLASE ESPECIAL” Y “PECADOS CONSUMADOS”.
Según el artista, estas pinturas abordan el denominado “buen gusto” que se vincula a un recuerdo del pasado evidenciado en las incrustaciones dentales; mismas que son muestra de nobleza. Para esto, se inspira en figuras idealizadas como lo son personas con trajes brillantes y dentaduras perfectas. “Los ídolos importados los hicimos nuestros”, establece Boror.
En una mesa, y dispersas, destacan algunas letras en placas metálicas que corresponden a la obra Atómica, signada por el artista visual y poeta de San Andrés Xecul (Totonicapán), Manuel Tzoc. Cada una se concibe como un átomo, “pieza fundamental para completar un lenguaje”, según explica el artista. Su propuesta es una metáfora a la fracturación del sujeto a la hora de escribir poemas y esculpir las palabras.
También presenta su libro-objeto Polen, un pequeño frasco de vidrio con píldoras que contienen enrollados poemas de abatimiento. La pieza es presentada por Tzoc como un símil al “consumo literal de la lectura como escape y reconstrucción anímica”.
Las palabras dominan el espacio y se consolidan con la obra No hay lugar, del escritor y artista del performance Leonel Juracán. En Revisiones 2, Juracán presenta una pieza collage con frases publicitarias y expresiones extraídas de periódicos nacionales de los últimos 20 años. Su propuesta cuestiona la manera en que los medios replican el lenguaje y, por ende, la idiosincrasia del país.
En cuanto al formato, el artista posiciona las frases recortadas en un papel cuadriculado que emula el mismo que se utiliza en pruebas de matemática, con un solo fin: “recordar que, ante la deficiencia de nuestro sistema educativo, lo que ofrecen los medios se convierte en un saber”.
Detalles de la muestra
- Puede ver las entrevistas y material de los artistas en el Facebook de OS·MO·SIS
- La exposición física estará abierta al público hasta el 15 de septiembre en la galería, ubicada en la 4 avenida, 16-34, zona 14
- Interesados en visitarla pueden contactarse al 5200-2899