Salud y Familia

Cuidados de la salud bucodental: ¿la mascarilla causa mal aliento?

El uso de la mascarilla ha provocado que se detecte más fácilmente el mal aliento, sin embargo, este accesorio no lo provoca. Los especialistas recomiendan continuar con una buena higiene bucodental para evitar patologías en la boca.

Una mala higiene bucodental y mala alimentación pueden provocar mal aliento. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Una mala higiene bucodental y mala alimentación pueden provocar mal aliento. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Desde que el uso de las mascarillas es obligatorio, como método de prevención del nuevo coronavirus, varias personas se han cuestionado cómo afecta nuestra piel. Sin embargo, poco se ha dicho acerca de cómo afecta a la boca, dientes, encías y lengua. Los odontólogos advierten que la principal consecuencia del uso de este accesorio es el descuido de la higiene bucal, por lo que provoca alteraciones bucodentales, como mal aliento, sensación de boca seca y manchas en los dientes.

“Es importante explicar que la mascarilla por sí sola no provoca patologías orales, no hay evidencia de esto. El oxígeno se filtra perfectamente a través de la mascarilla y no provoca desequilibrios en la flora bucal ni ninguna alteración. Sin embargo, se cree que causa halitosis porque desde que se usa, más personas dicen que sufren de mal aliento”, expresa Oscar Reinoso, odontólogo.

El especialista explica que es probable que el mal olor ya estuviera desde antes del uso de la mascarilla, pero no había sido detectado. Cuando el filtro de una mascarilla es muy potente se produce más aspiración del aire exhalado. Se crea un ciclo nariz-boca y es más fácil sentir el olor del aliento. Por ello, se conoce que para saber el olor que se emana de la boca basta con cubrirla junto con su nariz, con ambas manos y soplar, a modo que las manos hagan que el aire que expulsó se dirija hacia su nariz.

Causas del mal aliento

Existen diversas causas del mal aliento, como la descomposición de residuos de alimentos en los dientes y alrededor de ellos puede aumentar la cantidad de bacterias y causar un olor desagradable, así como comer ciertos alimentos que después de digerirlos ingresan en el torrente sanguíneo y son transportados a los pulmones, y afectan el aliento. El consumo excesivo de alcohol y tabaco, así como una mala higiene bucal, menciona Gladys Estrada, odontóloga.

No cepillarse los dientes y usar solamente hilo dental. Al no cepillarse se forma sobre los dientes una película incolora y pegajosa producida por las bacterias llamada “placa”. Esta irrita las encías y finalmente forma bolsas llenas de placa entre los dientes y las encías. También la lengua puede atrapar bacterias que producen olor. En las dentaduras postizas que no se limpian con regularidad o que no encajan bien pueden quedar bacterias y partículas de alimentos que causan olor.

Las clínicas dentales llevan a cabo protocolos de prevención, por lo que durante la pandemia puede acudir al dentista. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

La boca tiene una flora bacteriana diversa, en donde se encuentran las bacterias saprófitas, que se aprovechan de determinas circunstancias, como que la persona tenga las defensas bajas. Otros tipos de defensas se aprovechan de la falta de oxígeno dentro de la cavidad oral. Estas, por la noche, descomponen restos de descamaciones de las encías y de las mucosas, así como restos de comida y forman un compuesto llamado mercaptano de metilo, que provoca mal aliento porque la boca está cerrada.

Antes, ese proceso sucedía con mayor frecuencia por las noches. Sin embargo, ahora por la mascarilla las personas beben menos agua, lo que provoca que se seque la mucosa, y se mantenga la boca cerrada, interrumpiendo la exposición al aire exterior y al oxígeno. Por ello, se requiere una buena higiene bucodental y las visitas periódicas al dentista.

Cómo cuidar la salud bucodental

Los especialistas explican que los hábitos de higiene bucal deben continuar o reforzarse con el uso de la mascarilla.

Aunque ahora es más difícil que los demás le detecten halitosis, los cuidados bucodentales deben seguir haciéndose con frecuencia. Entre los principales se encuentran:

  • Cepillarse los dientes mínimo tres veces al día con pasta dentífrica fluorada, después de cada comida. La manera correcta es de las encías hacia afuera y la parte de las muelas de forma circular, tanto arriba como abajo.
  • Utilizar hilo dental para limpiar los espacios interdentales y utilizar enjuague bucal libre de alcohol, para no matar a las bacterias buenas que están en la boca.
  • Tener una alimentación variada y equilibrada.
  • Evitar consumir alcohol y tabaco.
  • Lavarse las manos antes y después de cepillarse, como medidas de prevención en tiempos del nuevo coronavirus.
  • Cambiar el cepillo cada tres meses o antes si se ha padecido de alguna infección.
  • Si convive con una persona positiva a Covid-19 evite guardar el cepillo en el mismo vaso para prevenir que las bacterias se transmitan de cepillo a cepillo.

Medidas de seguridad en clínicas dentales

Varios estudios han indicado que, durante los primeros días de infección por el nuevo coronavirus, este se encuentra en la nariz, boca, garganta y laringe. Por ello, es recomendable continuar con las medidas de higiene acostumbradas y el uso de mascarilla.

Sin embargo, la visita periódica al dentista no se puede descuidar. Así como en todo lugar público, las clínicas dentales también tienen protocolos de seguridad para evitar la propagación del Covid-19.  Entre las principales acciones se encuentra:

  • El lavado de manos del personal de la clínica, al inicio de la jornada y entre cada paciente.
  • Uso de protección individual: ropa, gorro, gafas, guantes, mascarilla y careta.
  • Sumergir el instrumental en desinfectante inmediatamente después de su uso. Comprobar que el producto desinfectante cumple con todos los requisitos de un buen desinfectante y respetar las concentraciones, tiempo y temperatura recomendados por el fabricante.
  • Proteger lo máximo posible las superficies de la clínica con material desechable.
  • Limpieza minuciosa del sillón tras cualquier tratamiento con el paciente.
  • Ventilar la sala, todo el tiempo posible, incluida la sala de espera.

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