Los investigadores aseguraron que “Si la gente recibe información engañosa a través de informes no científicos y no corroborados sobre la enfermedad, puede ocurrir que sean menos propensos a seguir las recomendaciones oficiales y a propagar aún más el virus.”
El estudio fue realizado por la Universidad de Cornell y financiado en parte por la Fundación de Bill y Melinda Gates.