Se considera que dentro de esos peligros se encuentra el embarazo ectópico que básicamente no permite el desarrollo correcto de ese proceso.
Según el libro Diagnóstico por Ecografía en su cuarta edición publicado en el año 2014, el embarazo ectópico sigue siendo una de las primeras causas de fallecimiento materno en los Estados Unidos. Supone el 1.4% del total de embarazos y aproximadamente del 15% de las muertes maternas.
Embarazo ectópico
Según la médica radióloga Annelisse Escobedo Rossal concuerda que el embarazo ectópico es la presencia anómala del cigoto (célula resultante de la unión del gameto masculino con el gameto femenino) en la cavidad de la trompa de falopio.
En un embarazo normal la localización del saco gestacional es dentro del útero (intrauterino), pero en un embarazo ectópico la localización del saco gestacional no se implanta en la cavidad endometrial (extrauterino).
Esto quiere decir que no es un presentación adecuada para que el embrión pueda crecer. A medida que el óvulo fecundado crece en el lugar inadecuado, los signos y síntomas de un embarazo ectópico se hacen más notorios.
Algunos de los embarazos ectópicos pueden llegar a tener de 9 a 10 semanas de edad gestacional.
Localizaciones de embarazo ectópico
La implantación de embarazo ectópico se presenta principalmente en algún lugar de la trompa de falopio y en menor frecuencia en los anexos y en la localización cervical.
- Porción ampollar
- Istmo
- Intersticial (Cuerno)
- Fimbrias
- Ovario (anexo)
- Cuello uterino (localización cervical)
- Abdominal
La localización de embarazo ectópico más frecuente se presenta en la región ampollar e ístmica de la trompa de falopio en un 95%, mientras tanto el 2-5% de los embarazos ectópicos se implantan en la porción intersticial (Cuerno) de la trompa de falopio.
Las localizaciones ovárica, cervical y abdominal son extremadamente infrecuentes.
Causas de embarazo ectópico
Todas las mujeres de edad fértil están en riesgo de albergar una gestación ectópica. Los factores que aumentan el riesgo de embarazo ectópico incluyen:
- Anomalías de las trompas de falopio que impiden el paso del cigoto (célula resultante de la unión del gameto masculino con el gameto femenino)
- Antecedente de embarazo ectópico anterior
- Cirugía reconstructiva de las trompas ce falopio
- Enfermedad inflamatoria pélvica (por varias parejas sexuales)
- Inflamación de la trompa de falopio por clamidia (enfermedad de transmisión sexual)
- Dispositivos anticonceptivos intrauterinos (T de cobre)
- Aumento de la edad materna
- Aumento de la paridad
- Intervenciones de cesáreas previas
- Infertilidad
- Inducción de la ovulación, fecundación in vitro y transferencia de embrión
La incidencia aumentada de los embarazos múltiples con la inducción de la ovulación y la fecundación in vitro incrementa más aún el riesgo tanto de embarazos ectópicos como de heterotópicos (embarazo intrauterino y extrauterino al mismo tiempo).
Síntomas de embarazo ectópico
Los siguientes síntomas están presentes en el 45% de las pacientes con embazo ectópico
- Dolor pélvico
- Hemorragia vaginal anómala
- Masa palpable anexial (a nivel ovárico)
La presentación clínica resulta inespecífica porque no todas las pacientes presentan la tríada clásica de dolor, hemorragia vaginal anómala y masa anexial palpable.
Diagnóstico de embarazo ectópico
Escobedo afirmó que desde una perspectiva de diagnóstico ecográfico (ultrasonido) debe establecerse con firmeza la localización de una gestación intrauterina durante el primer trimestre, si no es posible demostrar que el embarazo es intrauterino, corresponde considerar a la paciente en riesgo de gestación ectópica.
Cuando los hallazgos ecográficos son inespecíficos, la correlación con los niveles de prueba de embarazo en sangre mejoran la capacidad de la ecografía para diferenciar entre un embarazo intrauterino y uno ectópico. Una prueba de embarazo negativa descarta esencialmente la presencia de un embrión vivo.
Debe realizarse la ecografía transvaginal, incluso cuando los niveles de β-hCG (prueba de embarazo en sangre cuantificada) son bajos porque algunas pacientes pueden presentar hallazgos diagnósticos.
La presencia de hallazgos anexiales inespecíficos mejora la capacidad de la ecografía para predecir un embarazo ectópico. Una masa anexial en pacientes sin evidencia ecográfica de un embarazo intrauterino y una prueba de embarazo en sangre positiva resulta muy sugerente de embarazo ectópico.
El líquido en el fondo de saco de Douglas y líquido hepatorrenal pueden demostrar que se puede tratar de un embarazo ectópico
Además de la ecografía, la laparoscopía se utiliza con frecuencia para el diagnóstico definitivo de un embarazo ectópico.
El objetivo final es diagnosticar el embarazo ectópico antes que la trompa de falopio se rompa, al mismo tiempo tratar que disminuyan las cicatrices tubáricas y se mantenga la permeabilidad de la trompa (que el conducto este libre).
Por lo tanto, el diagnóstico de un embarazo ectópico es fundamental para disminuir posteriormente urgencias médicas, o complicaciones que pueden ser mortales.
Tratamiento de embarazo ectópico
El tratamiento para un embarazo ectópico depende cómo clínicamente se manifieste la paciente.
Si a la paciente se le diagnóstica un embarazo ectópico precoz se recomienda un tratamiento médico: encargado de inhibir el crecimiento celular (mata a las células del saco gestacional), estás son reabsorbidas posteriormente, esto conduce a la disminución de los niveles de hormona β-hCG. Se conservan las trompas de falopio.
Si la paciente se encuentra inestable clínicamente se considera una urgencia médica, por lo tanto tiene que ser intervenida quirúrgicamente. Implica la eliminación de una de las trompas de falopio.
El tratamiento conservador se indica para las pacientes estables con niveles bajos o en descenso de β-hCG.
La laparoscopía se utiliza como procedimiento quirúrgico más conservador como la salpingotomía (se realiza incisión y microdisección de la trompa afectada), para retirar el saco gestacional. No se elimina la trompa de falopio.
El tratamiento convencional del embarazo ectópico ha sido la cirugía, con la eliminación de la trompa afectada. La mejoría en las capacidades diagnósticas, incluyendo la ecografía transvaginal, permite su diagnóstico más precoz y la posibilidad de una aproximación más conservadora al tratamiento.