Primero lo hizo la Alianza Evangélica el 2 de noviembre. En un comunicado rechazó que organizaciones como Planned Parenthood “pretendan establecerse en suelo patrio y traigan consigo ideologías y posturas contrarias a nuestra cultura, principios, valores y fe”.
También planteó que “mejorar las condiciones socioeconómicas de nuestros conciudadanos es un esfuerzo de todos”, pero, continuó, “parte de las acciones es que los gobernantes asuman en momentos específicos”.
Aparte, este 3 de noviembre, la Conferencia Episcopal de Guatemala dijo que la cancelación del trámite para la sucursal es motivo de “alegría y esperanza” porque “es una decisión en defensa de la vida humana en sus formas y etapas más vulnerables y dependientes”.
“Reiteramos nuestra postura sobre la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural (…) La defensa de la vida es innegociable en sus inicios y en su final natural pero como Iglesia reiteramos que la defensa de la vida significa igualmente trabajar en favor de los más pobres, necesitados, marginados y enfermos, para que todos podamos tener una vida digna”, afirmó.
La autorización de Planned Parenthood estaba lista desde finales de octubre, pero el presidente Alejandro Giammattei lo frenó ayer, cuando salió publicado un acuerdo ministerial de Gobernación en el diario oficial. El ministro de Gobernación, Oliverio García Rodas, renunció al cargo luego del anuncio de la derogación.