Política

La USAC está a punto de perder US$120 millones por falta de acuerdos en el Congreso

La cuenta regresiva para que los diputados autoricen el préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) vence el 20 de noviembre, pero algunos colectivos estudiantiles se oponen porque no observan garantías de transparencia y fiscalización.

Rectoría de la Universidad de San Carlos de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Rectoría de la Universidad de San Carlos de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Durante las últimas semanas se ha agendado en las sesiones legislativas la iniciativa 5818 en su tercera lectura y redacción final, la propuesta busca validar el millonario préstamo para la única universidad pública del país.

Los recursos estarían siendo destinados para la descentralización del sistema educativo, permitiendo la creación y remodelación de nuevas sedes académicas en el interior de la república, así como ampliar la gama de carreras en las sedes regionales.

Actualmente algunos jóvenes se ven en la necesidad de migrar la ciudad y pagar hospedaje con tal de estudiar una carrera en particular, ya que las sedes del interior no cuentan con todas las profesiones; algunas necesitan de laboratorios especializados como química y medicina, lo que implica espacio físico e inversión para los insumos.

El rector de la Universidad de San Carlos, Murphy Paiz, ha acudido en repetidas ocasiones al Palacio Legislativo para conseguir el apoyo de las bancadas, el académico afirma que hay buena expectativa para que el proyecto sea autorizado.

“El préstamo todavía está en agenda, le corresponde la tercera lectura, lamentamos que las agendas, que las plenarias legislativas no avancen (…) el 20 de noviembre resulta para nosotros como la fecha última, pero hay una buena expectativa”, comentó en su última visita al parlamento.

Paiz también añadió que cualquier proyecto a favor de la universidad necesita recursos, por ello asegura que la iniciativa es vital para fortalecer la educación pública superior.

“Cada programa académico, cada política de desarrollo o proyecto que USAC implemente la infraestructura es necesaria y el préstamo eso privilegia, infraestructura y equipamiento. No es un nuevo préstamo, ya fue discutido y analizado en marzo del año pasado”, refirió.

Hospitales universitarios

Entre los planes que tiene la máxima casa de estudios, si el préstamo es autorizado por el Congreso, es incluir las carreras de medicina, enfermería, técnicos de terapia respiratoria y nutricionistas.

Los primeros vendrían a ayudar en los estragos futuros que pueda dejar la pandemia del Covid – 19, así mismo estarían priorizando impartirlas en departamentos que tienen enfermedades locales, como en los departamentos de Chimaltenango e Izabal.

La carrera enfocada en la nutrición estaría en la sede regional de Zacapa, para que estudiantes puedan aportar sus conocimientos en el corredor seco, según explicó Alberto García, Director de Docencia de la Usac.

“Favorecerá la descentralización de nuestros centros o facultades en el campus central o en el Centro Universitario Metropolitano (CUM) porque muchos estudiantes tienen problemas de accesibilidad en los traslados, pagos o su propia instancia en la capital; también se pretende mejorar las instalaciones para la virtualidad en la educación, exactamente la división de entornos virtuales, hay otra propuesta de iniciar con la creación de dos hospitales universitarios que en una primera fase sería su infraestructura, dígase la obra gris”, señaló.

Los hospitales universitarios de la Usac estarían siendo construidos en la ciudad de Guatemala y en el Centro de Occidente. Así mismo las nuevas carreras permitirán ampliar el número de jóvenes que acceden a la educación superior, según García.

“Ahorita hay más de 200 mil estudiantes matriculados, esto viene siendo de pregrado, grado y postgrado, se calcula que con esto (el préstamo) aumentaría en alrededor de un 10% la cantidad de estudiantes durante un primer año, y posteriormente irían a más”, indicó.

Necesitan espacio

Leticia Hurtado, Coordinadora del Doctorado en Investigación en Educación del Centro Universitario de Occidente (Cunoc), comenzó a trabajar en la casa de estudios en la década de los setenta, asegura que este centro ha crecido para ayudar a los jóvenes, pero por esa misma expansión su cantidad de necesidades también aumentó.

“En cuestiones de financiamiento si estamos muy cortos en relación a las facultades de la universidad central, hay facultades en el campus central que tienen, yo diría, una cuarta o quinta cantidad de estudiantes que nosotros y recibe casi que lo mismo de presupuesto, lo que deja un desbalance en la unidad financiera”, explicó.

Incluso también se puede reflejar algo de lo que ocurre en aulas del propio campus central, que quedan insuficiente para la cantidad de estudiantes que requieren un espacio.

“Las aulas rebasan su capacidad y hay a veces hasta más de 100 estudiantes por aula en espacios que tienen capacidad de 60, a veces resultan con hasta 160 estudiantes…imposible trabajar bien con ese número de personas, este es uno de los principales problemas financieros porque con recursos se podrían contratar más docentes y tener más secciones en otros horarios”, refirió.

Sin fiscalización

Aunque el escenario con la aprobación del préstamo parece ser óptimo para la educación pública superior, algunos estudiantes universitarios organizados afirman que es todo lo contrario.

Incluso resaltan que este aporte será como dar “un cheque en blanco” a las autoridades del Consejo Superior Universitario (CSU), que vendría a hacer un uso erróneo de los recursos, tal y como afirman que ocurrió con los aportes económicos por la pandemia del coronavirus.

“Se está instrumentalizando a la Universidad de San Carlos para la adquisición de préstamos con entidades financiera internacionales, si llegamos a hacer un análisis un poco más profundo vemos como estos préstamos, incluso durante la pandemia se hizo bien evidente, que el Estado no tiene la capacidad de garantizar su correcta ejecución y mucho menos para poderlos fiscalizar”, señaló Eduardo Arriola, integrante del Colectivo Estudiantil Universitario (CEU).

El estudiante afirma que han sufrido intimidación por parte de las autoridades porque comenzaron procesos administrativos contra aquellos que se oponen al préstamo, pero a pesar de esas medidas aseguran necesario exponer la otra cara de la moneda.

“Esto le da mucha más capacidad al rector y al CSU de negociar esto a lo interno de la universidad que significa negociar con los decanos, con los colegios profesionales, con sus representantes. Esto son cuotas de poder atendiendo que en más o menos dos años comenzamos procesos de elección para rectoría, va una cuestión más política que de otra naturaleza, obviamente junto al dinero”, puntualizó.

Piden transparencia

El diputado  Cristian Álvarez, integrante de la Comisión de Educación, asegura que han pedido, y seguirán pidiendo herramientas de fiscalización si aprueba el préstamo en su tercera lectura y redacción final, aunque asegura que el escenario es incierto.

“Es una especie de azar porque no es un secreto que la agenda del Congreso se maneja a partir de que no pase nada para lograr no elegir Cortes, un gran grupo de colegas que no quieren elegir Cortes entrampan la agenda con su mejor aliado para que no se apruebe o no tengan quórum, tenemos un tema  muy grande que es el Estado de Calamidad que probablemente si tengamos los 107 votos pero luego entra la interpelación que ya no da chance al crédito”, refirió.

Samuel Pérez, de la Comisión de Finanzas, también coincide en la necesidad de herramientas de fiscalización, y aunque resalta que han buscado apoyo para que el préstamo no se pierda, desconocen si contarán con el apoyo necesario.

“Cuando se conoció hubo mucho interés prácticamente de todas las bancadas pero tenemos que ver la capacidad de gestión de la Junta Directiva para echar a andar la agenda, si no se aprueba los principales afectados serán estudiantes que no están en el campus central porque el préstamo es para ampliar la infraestructura”, finalizó.

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