Este es el segundo relevo del Directorio luego de las reformas a la Ley Orgánica de la SAT en 2016 por el Congreso, y los casos de corrupción que salieron a luz pública en 2015.
El Directorio es la máxima autoridad en el administrador tributario, y lo preside el ministro de Finanzas, y su función es aprobar y apoyar los mecanismos que eleven la cobranza de impuestos, sin embargo, en los últimos cuatro años, no se ha logrado ese propósito y han sido removidos los exsuperintendentes Juan Francisco Solórzano Foppa en 2018 y en 2020 Abel Cruz Calderón, decisión en la que participó Estévez Clavería.
El Directorio ha tenido una pobre función, pero ahora hay presión y exigencia para recuperar la recaudación tributaria dada la situación de crisis, según la lectura de especialistas consultados.
Este año, al no haber una mejora en la tributación por los efectos del covid-19 en la economía, el Gobierno ha recurrido al endeudamiento público, elevando en 19.80% el ritmo de crecimiento anual de la deuda hasta el 30 de septiembre, así como una propuesta de Q29 mil 400 millones de deuda bonificable para 2021.
El Congreso entrará a discutir la próxima semana el proyecto del presupuesto, y ya se habla de hacer algunas modificaciones.
Revisión de metas
El consultor tributario Juan Carlos Paredes, y Donato Monzón, exmiembro del Directorio, coinciden en que se dan nuevos aires al Directorio con el ingreso de González Portocarrero, y podría brindar aportes técnicos de los que se venían ejecutando.
Ambos señalan que volver a elegir a Estévez Clavería es mantener los mismos criterios, pero hay una renovación de un miembro de ese ente colegiado, y ella deberá poner en práctica la experiencia, el desarrollo de las estrategias y elementos para la mejora recaudación, cumplimiento con el programa anual de la SAT y las directrices para el superintendente.
Para 2021, una de las principales situaciones que se deben revisar es el cumplimiento de las metas y medirlo con otros años estables, ya que 2020 es un ejercicio extraordinario por la pandemia, destacó Paredes.
Además, el Directorio deberá estar enfocados y vigilantes en que no existan casos de corrupción, control de contribuyentes, contrabando y otras acciones que puede representar mejores medidas para mantener estable la recaudación el próximo año, y que no se debilite la institución.
Monzón remarcó que, aunque se esperaba un relevo del Directorio, ambas personas tienen experiencia, y tanto para este y el siguiente año son duros para la SAT y tienen que enderezar los procesos de recaudación y aportar los recursos para el Estado para cumplir con los programas.
“Se necesita la fortaleza de la institución, el área de Aduanas conoce González Portocarrero y deberá ponerle mucha atención para ir mejorando que no estén caminando y hacer los cambios necesarios”, apuntó.
Aclaró que los rendimientos de cobranza de la SAT serán bajos este año por la pandemia, y recientemente por los estragos la tormenta Eta, por lo que se necesita hacer cambios en los mecanismos de recaudación y lograr negociación con diferentes sectores, ya que hay muchas empresas que han dejado de tributar, hacer los convenios correspondientes y ser muy efectivos en elevar la cobranza.
La meta de recaudación prevista para 2021 y que fue revisada en octubre es de Q63 mil 500 millones y no Q61 mil 400 millones como inicialmente se había planteado en el proyecto de presupuesto.
“El directorio es responsable”
Rudy Castañeda, exjefe de la SAT y exdiputado que promovió los cambios a la Ley Orgánica en 2016, comentó que el Directorio es el responsable de crear las políticas y estrategias de la institución, y lo que ha faltado es “sacar el pecho”, porque siempre se hace el cuestionamiento al superintendente en ese momento, pero las falencias que tiene la recaudación tienen que estar vinculadas a las políticas que es responsabilidad del Directorio.
Con este cambio, se espera que mejore el actuar del Directorio, y mucha de la responsabilidad es del ministro de Finanzas, que es el presidente.
Castañeda comentó que, si algo no está bien, el Directorio debe redireccionar tales asuntos, políticas de recaudación, y si hay algún mal trabajo, debe intervenir y adoptar las medidas correspondientes.
“Esperaría que fuera un Directorio más visible: aceptar ser miembro de un Directorio es responsabilidad no como normalmente se observa en la opinión pública el cuestionamiento hacia las recaudaciones, hay que verlo en su conjunto e integral”, agregó.
En todo caso, afirmó el exsuperintendente, se esperaría una renovación en el manejo de las políticas de recaudación a corto plazo, y apuntar la designación de González Portocarrero, que brindaría un apoyo al superintendente Marco Livio Díaz Reyes, que conoce el trabajo interno de la SAT.
Castañeda reiteró que las esperanzas están depositadas en mejorar la recaudación el próximo año, ya que está planteada el financiamiento del presupuesto, y habría que “plantearse metas más exigentes y a la variable de la economía que apunta a una mejora con los escenarios que se plantearon la iniciativa del plan de gasto 2021”.
Plano político
Uno de los riesgos que tiene el Directorio de la SAT es el político.
Las influencias políticas pueden permitir que haya sectores que no les interesa que se maneja ciertos temas en el administrador tributario, presionan los cambios, con los intereses creados y no la parte técnica que llegan hasta el Ejecutivo y puede influir en las decisiones que se puedan adoptar, señaló Paredes.
Recordó que, por la estructura de tributación en Guatemala, se plantean metas en el presupuesto que no se cumplen y “habrá una rotación de superintendentes muy a la vista” así como esta ley, y uno de los riesgos es que cada dos años habrá un cambio, por el juzgamiento del cumplimiento de las metas, y la normativa está diseñada para promover el cambio.
Monzón dijo que el superintendente tiene que plantear las políticas necesarias para los siguientes años, y que se debe subir la recaudación, ya que Guatemala tiene una baja carga tributaria, y las auditorias tienen que incrementarse para hacer más efectiva y que redunde en la recaudación.
En los siguientes días, el Congreso conocerá la designación de los nuevos directores de la SAT y tomarán posesión a mediados de diciembre.
Recuento
- En 2016 el presidente Jimmy Morales nombró por un periodo de cuatro años a Adriana Estévez Clavería y Liliana Castillo, luego de un proceso de Comisión de Postulación.
- Ambas participaron con el exministro Julio Héctor Estrada Domínguez y Víctor Manuel Martínez, en el proceso de destitución de los exsuperintendentes Juan Francisco Solorzano Foppa y Abel Cruz Calderón.
- Un director tiene un salario de Q65 mil mensuales más gastos de representación, vehículo y gasolina.
- En 2019 no se alcanzó las metas de recaudación.