El hallazgo estudiado ocurrió en Chapare, una localidad de Bolivia, donde fue detectado por primera vez en 2004 y del cual aún no hay cura.
Al principio se creía que el virus solo se transmitía por contacto con orina o excremento de ratas, pero nuevos estudios publicados en Live Science abundan evidencia sobre la transmisión entre humanos.
Los científicos confirmaron entonces que un agricultor tuvo contacto con roedores y contrajo el virus, que posteriormente transmitió a un médico.
Un estudiante que atendió al paciente se enfermó días después, así como un gastroenterólogo que le hizo una endoscopia al primer médico.
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Ante la suspicacia, virólogos consideran que un virus de este tipo no ocasionará una pandemia como ocurrió con el coronavirus. Colin Carlson, de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, explicó que las enfermedades hemorrágicas como esta generalmente tienen síntomas poco después de la infección y no transcurren días para la incubación, como muestran las enfermedades respiratorias.
No obstante, sí preocupa que un virus campeando en comunidades rurales pueda colapsar los frágiles servicios primarios de salud.