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Fue fundada en 1960 por el periodista Rigoberto Bran Azmitia. Siete años después fue elevada a Dirección Autónoma, y en 1978 se le agrega el nombre del “Lic. Clemente Marroquín Rojas”. En el 2003 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por las autoridades del Ministerio de Cultura y Deportes, lo cual no ha evitado que se le asignen presupuestos reducidos que apenas cubren parte de los gastos.
La Hemeroteca Nacional, además de resguardar los archivos, cumple con el objetivo de ponerlos a disposición de la población. Investigadores, estudiantes y público en general llegan a diario a la sala de lectura para leer algún periódico o revista. Durante los primeros diez días de marzo, antes del cierre por la pandemia, se registró el ingreso de unas 740 personas y 2,100 tomos prestados. En febrero, en total se prestaron 3,364 tomos: fue uno de los meses con más afluencia, por ser inicio de año escolar.
Todos los días se reciben cinco copias de siete periódicos: tres se colocan para uso del público, otra se encuaderna en los tomos de cada edición y la restante se utiliza para la “segunda colección”, como material de apoyo. Es la copia disponible por si la que se encuaderna tiene algún daño. Si una hoja se humedece o se rompe, contarán con una de repuesto.
Los diarios que se prestan al público se agrupan en tomos, lo cual realizan cada cierto tiempo, según el número de páginas de las ediciones. Algunas veces han encuadernado hasta 75 volúmenes entre periódicos, revistas, periódicos escolares y otros suplementos.
La era digital
Debido a que el cuidado de los documentos es indispensable para la memoria histórica, la Hemeroteca cuenta con una máquina digitalizadora. Esta fue donada en el 2007 por Robert Lee, a través de la Universidad de Harvard, después de que el escritor llegó en persona en busca de datos mientras escribía la historia de Irma Flaquer, periodista detenida desaparecida durante la dictadura militar.
La máquina digitalizadora pasa las imágenes de los textos a un disco láser. María Eugenia Gordillo, directora de la Hemeroteca Nacional, explica que dicha labor consiste en custodiar el acervo periodístico recopilado en el lugar, ya que no pueden poner a disposición del público el material digitalizado, pues el sistema que utilizan es obsoleto.
Hasta el momento, la Hemeroteca guarda en microfilm el Diario de Centro América, desde que inició en 1881 hasta el 2014, y el diario La República completo.
Gordillo espera que pronto se pueda trasladar estos documentos a un formato más moderno, como un disco duro, porque los discos láser pronto serán reemplazados por las nuevas tecnologías.
La máquina digitalizadora está acompañada de una herramienta mucho más antigua y que, pese a ello, se sigue utilizando: la guillotina con la cual se corta el cartón y otros materiales de encuadernado, que data de 1909. Hasta el momento funciona muy bien; lo único que han tenido que cambiarle durante estos años son las cuchillas y darle mantenimiento constante.
Durante estos últimos meses en los que la Hemeroteca ha estado cerrada por disposiciones presidenciales por la pandemia, parte del personal se ha dedicado a poner al día la encuadernación de los volúmenes de periódicos y revistas.
Limitaciones
A pesar de su valor intrínseco y ser Patrimonio Cultural, la Hemeroteca Nacional está afectada por distintas carencias que van desde un presupuesto escaso hasta la falta de personal y de espacio.
De acuerdo con Gordillo, desde hace 20 años, cuando tomó posesión como directora, la falta de espacio ha sido un problema perenne. Por ejemplo, en la Sala Juan José Arévalo, donde se ubica la segunda colección, además de los volúmenes de periódicos y revistas, se almacenan muebles que ya no se usan, pero no pueden deshacerse de ellos puesto que están incluidos en el inventario.
“Desde hace años en esa sala hay piezas de sillas o mesas que debemos seguir almacenando, porque si llegan a hacer inventario será la prueba de que sí tenemos ese mueble. Pero cada vez son más los volúmenes de periódicos, no seguimos solo con el grupo de diarios que Albertina Vásquez le regaló a Rigoberto hace 60 años. El espacio ya no es suficiente”, señala.
En el 2018 lograron ser es cuchados y se comenzó con la adjudicación de una sala de la Biblioteca Nacional situada en el mismo nivel. Sin embargo, hubo cambio de autoridades en el Ministerio de Cultura y Deportes y ya no se dio seguimiento a la solicitud.
Gordillo hace ver que en un lugar donde se guarda tanto papel es indispensable que haya suficiente espacio para que circule el aire y no se dañen los documentos, y también para que los empleados puedan desempeñar su labor en un ambiente digno. Sobre todo, ahora que, por la emergencia sanitaria, las autoridades exigen distanciamiento entre las personas y lugares más ventilados.
La falta de presupuesto también ha sido una dificultad. No obstante, han recibido la ayuda de entidades como la Asociación Amigos de la Hemeroteca Nacional, creada por Paul Doherty, quien a su vez tuvo el apoyo de Estuardo Cuestas Morales, entonces presidente de la Fundación G&T Continental.
“Hasta hace tres meses la asociación pagaba el sueldo de la persona que atiende al público en la Hemeroteca. Debido a que tenemos varias plazas vacantes gestionamos la papelería para pudiera aplicar a una plaza fija, pero nunca tuvimos respuesta, por lo que Garrido se fue. Ahora nos toca buscar a una persona que tenga las capacidades para el puesto y hacer el trámite con el Ministerio”, precisó Gordillo.
En las últimas semanas las autoridades han quitado plazas a la Hemeroteca y las han puesto a disposición en otras dependencias. La persona encargada de la sala de revistas renunció en junio pasado por problemas de salud, por lo que la plaza estaba vacante; sin embargo, dicha plaza fue asignada a la Biblioteca Nacional. Asimismo, en la puerta de entrada prestaba servicio una agente de la Policía Nacional Civil que ayudaba a controlar el ingreso del público, pero fue trasladada a la Sala Braille de la Biblioteca Nacional.
En este momento, aunque quisieran, el personal considera que no podrían abrir al público porque carecen de un protocolo de bioseguridad contra el covid-19. Aparte del desinfectante y las mascarillas, no tienen quien tome la temperatura al ingreso, porque eso le hubiese correspondido a la agente de la PNC. Además, deben recibir el asesoramiento de especialistas en salud, pues en el trabajo diario se da el contacto físico, ya sea al prestar los volúmenes de periódicos como en la encuadernación, llenado de boletas de préstamo de los ejemplares y otros.
La directora hace un llamado a las autoridades para que, por la relevancia de la Hemeroteca, presten atención a las peticiones y dificultades que afrontan para que mejore su funcionamiento y continúe siendo la fuente matriz de la historia del país por muchos años más.
Tesoros que marcan historia
La Hemeroteca es la fuente matriz de la historia del país. Allí se preservan los periódicos desde 1822 hasta la fecha, además de revistas, boletines y otras publicaciones. Cuenta con alrededor de 150 mil ejemplares en los cuales participaron periodistas y escritores de diferentes épocas.
Entre los principales tesoros que resguarda la Hemeroteca Nacional se encuentran:
El Álbum de Minerva
Está ubicado en la Sala de Revistas. Contiene la narrativa de las Fiestas de Minerva en Guatemala, desde 1899 hasta 1909, en el gobierno liberal de Manuel Estrada Cabrera.
La Gaceta de los Altos de 1839
La Gaceta del Gobierno de los Altos fue el primer órgano de prensa dedicado a noticias gubernamentales, que daba a conocer las disposiciones del gobierno en Quetzaltenango.
El Amigo de la Patria
José Cecilio del Valle puso en circulación el periódico El Amigo de la Patria el 16 de octubre de 1820. Por medio de este lanzaba mensajes independentistas y ofrecía sugerencias al Gobierno, además de difundir órdenes y decretos, y manifestar inquietudes de los lectores.
El Editor Constitucional
El Editor Constitucional de 1821 contiene los escritos de Pedro Molina y Gabino Galicia, en los próceres de la independencia de Guatemala.
El Diario de Centroamérica
La Hemeroteca Nacional resguarda los ejemplares del Diario de Centroamérica desde 1881 a la fecha. Además, tiene varios volúmenes acerca de las ediciones culturales que se publicaron
Diario La Hora
En las estanterías de la Hemeroteca se encuentran todos los ejemplares del vespertino La Hora, fundado en 1920 por Clemente Marroquín Rojas. En junio 2020 cumplió 100 años de existencia.
La Semana Católica
Los ejemplares de La Semana Católica de 1892 a 1910 están en el Fondo Histórico de la Hemeroteca Nacional. Es uno de los periódicos más consultados actualmente por el público.
El Ideal
El Ideal es el periódico fundado por Vicenta Laparra de la Cerda, reconocida poetisa guatemalteca y primera dramaturga, en 1877.
Periódico Mural
Treinta y siete ejemplares del Periódico Mural que existió durante el gobierno de Jacobo Árbenz, durante 1952 y 1954, están resguardados en dos tomos muy grandes en la Hemeroteca Nacional.
Acerca del valor de la Hemeroteca Nacional
“La Hemeroteca Nacional cumple un importante papel para quienes realizamos investigaciones históricas, pues registra el día a día del acontecer nacional de un modo fresco y fidedigno. Con modestos recursos, pero organizada y dirigida con excelencia por María Eugenia Gordillo, me ha proporcionado información valiosa y original para realizar mis investigaciones y escribir mis libros, en especial los que elaboré sobre los presidentes Ubico y Árbenz. Su labor, a veces poco apreciada, merece el mayor encomio y el apoyo decidido de todos los que valoramos la historia y la cultura del país”, Carlos Sabino, Universidad Francisco Marroquín.
“La Hemeroteca Nacional es una fuente importante de información para los investigadores. Preserva una parte importante de la memoria histórica del país y del mundo. No solo ilustra e informa acerca de hechos y acontecimientos, sino que también brinda importantes datos que ayudan a reconstruir la cotidianidad de las épocas pasadas”, María Lorena Castellanos, Universidad Francisco Marroquín.
“Dentro de las riquezas de fuentes para la historia, en Guatemala contamos con la Hemeroteca Nacional “Clemente Marroquín Rojas”, noble institución que ha sido surtidora de conocimiento guardado en páginas de periódicos. Para los que fuimos estudiantes de Historia y luego historiadores, esas fuentes nos abrieron un camino; su aporte ha sido luz para nuestras investigaciones. En mi experiencia en los campos de la investigación, agradezco a la Hemeroteca Nacional haber permitido consultar sus fuentes que enriquecieron mis investigaciones”, Miguel Álvarez Arévalo, cronista de la Ciudad de Guatemala.
“Casi 200 años de periódicos conservados y puestos a disposición del público son palabras que no expresan el verdadero sentido y valor de la Hemeroteca Nacional. Es más bien la memoria de un pueblo, el guatemalteco, en sus alegrías y tristezas, en sus éxitos y fracasos, en su dolor y esperanza; terremotos, inundaciones, golpes de Estado y violencia, pero también sus triunfos, sus victorias, su orgullo y su capacidad de salir adelante ante la adversidad, todo narrado por los protagonistas, periodistas que supieron dejar a otras generaciones los acontecimientos, a veces a riesgo de su propia seguridad. Es necesario preservarla, conservarla, ponerla en valor, respetando la memoria de todos aquellos que nos precedieron en el tiempo, para que las futuras generaciones puedan saber el tesón y la perseverancia de este pueblo que no pierde su confianza en lograr un futuro mejor”, Aníbal Chajón, investigador.