A su criterio, los efectos de la pandemia hacen un llamado a que el país potencie su capacidad de respuesta a los derechos económicos, sociales y culturales como el de la salud, la educación, la alimentación, la protección social y el medioambiente, además del acceso a la justicia, en especial en comunidades rurales e indígenas.
¿Cuál es el balance de los DD. HH. en Guatemala?
Guatemala ha ratificado tratados internacionales que constituyen la base para el respeto, protección y garantía de los derechos humanos. La implementación de estos compromisos tienen avances y retos.
En los últimos años, la alta comisionada Michelle Bachelet ha señalado en sus informes sobre el país la persistencia de desafíos estructurales como la desigualdad, la discriminación, la inseguridad y la impunidad.
La pandemia agravó condiciones preexistentes en la protección de los DD. HH. Por ejemplo, profundizó la situación de pobreza de más de 10.5 millones de personas. Esto es un patrón global también.
Se ha cuestionado la reacción de la fuerza pública a la protesta ciudadana de las últimas semanas. ¿Qué lectura tiene sobre ello?
Efectivamente, hay preguntas sobre el uso de la fuerza en algunas ocasiones, en particular durante el 21 de noviembre. Oacnudh ha observado estas manifestaciones y comparte sus recomendaciones con las autoridades, entre ellas la de investigar el uso excesivo de la fuerza en esa ocasión.
Estas recomendaciones se hacen con el fin de fortalecer conocimientos y capacidades para actuar de conformidad, por ejemplo, con los estándares internacionales relacionados con manifestaciones pacíficas, según los cuales se debe privilegiar el diálogo y no recurrir al uso de la fuerza excepto cuando sea absolutamente necesario, y con base en los principios de proporcionalidad, legalidad, necesidad y razonabilidad.
Pareciera existir un discurso de odio sobre el papel de los DD. HH. en Guatemala. Lo asocian, por ejemplo, como una protección a delincuentes. ¿A qué se debe este tipo de campañas?
Es un patrón observado en el mundo y que usan algunas autoridades y grupos para debilitar las estructuras de derechos humanos.
La finalidad de los derechos humanos es respetar y fortalecer la igualdad y no discriminación, la participación, la justicia, la rendición de cuentas y la transparencia. En suma, una vida digna. Eso no siempre conviene a algunos actores porque limita su poder.
El discurso de odio también se origina por la falta de conocimiento sobre lo que son, o no son, los derechos humanos y quienes los defienden.
Esta situación puede implicar riesgos porque se hace fácil desprestigiar el trabajo de una persona o una institución que se dedica a la protección de los derechos humanos, como la PDH.
Y en cuanto a esto, es importante mencionar que la PDH está catalogada como institución categoría A según los mecanismos internacionales que monitorean a las instituciones nacionales de derechos humanos, contenidos en los llamados Principios de París.
¿Cree que está en peligro la libertad de expresión? Hablamos de las agresiones —físicas y amenazas— contra el gremio periodístico, defensores de derechos humanos y líderes sociales.
En ocasiones la labor de quienes defienden derechos humanos y, por supuesto, también los periodistas, puede afectar los intereses de ciertos grupos.
Un informe presentado en 2019 por Oachudh y PDH sobre la situación de los defensores señalaba que, por su labor, sacan a luz violaciones de derechos humanos, actos de corrupción y otros temas que afectan intereses económicos, de poder político y crimen organizado.
Esto los posiciona en una situación de vulnerabilidad y aumenta su riesgo de recibir ataques para impedir su trabajo. De ahí la importancia de proteger su labor en un ambiente libre de violencia.
¿Cómo puede interpretarse el debilitamiento de instituciones estatales que coordinan la política pública en temas de la mujer, paz, seguridad agraria, entre otros?
Es aconsejable que el proceso de reforma de la institucionalidad esté orientado a fortalecer y atender temas de suma relevancia para Guatemala, como el proceso de paz y los DD. HH., incluidos la seguridad agraria y los derechos de las mujeres.
Guatemala ocupa los índices más desalentadores en esta materia. ¿Cuál es la ruta que debe seguir para contrarrestar esa tendencia negativa?
El objetivo de los derechos humanos es dar los cimientos para que las personas tengan acceso a un nivel de vida digno. Para garantizar esto en el marco del desarrollo es necesario atender temas estructurales, combatir la discriminación y la pobreza. Además, requiere del apoyo de medidas legales, políticas, institucionales y de otro tipo que promuevan la igualdad y reviertan la tendencia del aumento de las desigualdades.
Vemos algunos avances, por ejemplo, el Ministerio de Desarrollo Social con el apoyo de Naciones Unidas está creando un registro social de hogares que ayudará a identificar las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad y donde son más necesarios los programas de protección social.
Hacer realidad la Agenda 2030 y “no dejar a nadie atrás” implica garantizar la participación de todas las personas. Por eso es positivo que el Gobierno haya creado mecanismos de diálogo en la capital y en los departamentos para 2021.
Analistas han explicado que en Guatemala existe una “lucha ideológica” que fomenta discursos en contra de sectores vulnerables y que impide el avance social, ¿qué opina de ello?
Los derechos humanos no tienen una ideología. Están basados en una estructura normativa global fijada por todos los Estados miembro de la Asamblea General de Naciones Unidas, de la cual Guatemala es parte bastante activa. Son 193 países.
Para el cumplimiento de los derechos humanos es necesario priorizar a las poblaciones en situación de vulnerabilidad como las mujeres, los pueblos indígenas, la niñez y la juventud, los migrantes, las personas con discapacidad y las personas mayores, entre otros.
Hace 24 años se firmó la paz en Guatemala, ¿han existido avances y cuáles son las deudas que nos quedan?
Leí un análisis de la Secretaría de la Paz sobre el avance de ellos y, según ese estudio, los de menor implementación eran los relacionados con la desigualdad y la no discriminación. Eso nos dice en qué tenemos que seguir trabajando.
¿De qué manera contribuye la Oachudh a superar los retos en derechos humanos?
La oficina observa la situación de los derechos humanos en el país para brindar asesoría técnica al Estado y a la sociedad civil.
En el contexto del covid-19 apoyó, por ejemplo, al Ministerio de Salud para fortalecer su diálogo con las autoridades indígenas y difundir mensajes en idiomas indígenas para prevenir el contagio.
Colaboró con Conadi en la elaboración de una guía para la protección de las personas con discapacidad y con el Mineduc en el diseño de guías para la inclusión educativa de estudiantes con discapacidad.
La oficina está dispuesta a trabajar con todos los actores para fortalecer el pleno goce de los derechos humanos.
- Perfil: Mika Kanervavuori es el Representante de la Oachudh desde mayo de 2020. Es de nacionalidad finlandesa, tiene trayectoria de veinte años en la promoción y protección de los derechos humanos. Antes de Guatemala estuvo e Filipinas, Bangladesh y Fiyi. Como parte de su labor en las Naciones Unidas, Kanervavuori trabajó en el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y en la Misión de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en la Antigua República Yugoslava de Macedonia.