Era principios de noviembre cuando las alarmas se encendieron, pues desde el Atlántico llegaba la tormenta tropical Eta, como parte de la temporada de huracanes 2020, que marcó récord en tormentas.
Pero no todo quedó ahí, pues Guatemala trataba de recuperarse de los efectos de Eta, cuando el 17 de noviembre comenzaron los efectos de Iota, que ingresó al territorio nacional como depresión tropical.
Las redes sociales eran el escenario que mostraba la magnitud de los daños. Entre estos, personas atrapadas en los techos de sus casas por las inundaciones, puentes destruidos, carreteras y caminos colapsados, cosechas bajo el agua y muertes de animales. Pero lo más trágico, personas soterradas o desaparecidas.
Departamentos afectados
Con el pasar de los días, la tragedia era más evidente. Los departamentos más afectados fueron Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiché, Petén, Izabal, Zacapa y Chiquimula.
Mientras las historias de tragedia e incertidumbre surgían, en los damnificados resaltaban frases como “perdimos todo”, “nunca había visto algo igual” y “necesitamos ayuda”, pues hombres, mujeres, niños y ancianos buscaron refugio en albergues o con familiares; mientras que otros se resignaban a reconocer a familiares que murieron.
Las secuelas aún persisten, pues ahora muchos deben reconstruir su patrimonio, aunque otra secuela son las tragedias en Quejá, San Cristóbal Verapaz; y Campur, San Pedro Carchá.
Alud en Quejá
Transcurría el 5 de noviembre cuando un alud sepultó varias viviendas en la aldea Quejá, donde esta tragedia dejó seis muertos.
El 10 de noviembre, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) informó que se suspendían las tareas de búsqueda, pero el dolor persistió, tal es el caso de Fernando Cal que perdió a 23 familiares.
La aldea Santa Elena se convirtió en un campo para refugiar a dos mil personas, entre sobrevivientes del alud en el caserío Quejá y otras comunidades afectadas por el temporal Eta.
Campur bajo el agua
En Campor la crisis persiste, ya que viviendas permanecen bajo el agua. Las balsas y lanchas se han convertido en el único medio que los pobladores tienen para desplazarse, pues el nivel del agua no baja.
Federico Co Caal, concejal, dijo que están pasando momentos difíciles, ya que más de 600 viviendas están inundadas. Muchas familias deben comenzar de nuevo en medio de lo sucedido.
Comunidades de Izabal y Petén también quedaron sumergidas por el desborde de ríos que destruyeron negocios, comercios, corrales y porque no decir, ilusiones.
Esta situación obligó al gobierno de Alejandro Giammattei a ampliar el estado de Calamidad en los departamentos afectados, donde pobladores aún piden auxilio.
Drama en Huehuetenango
Unas 50 comunidades del norte de Huehuetenango también se vieron anegadas por los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota. Esto originó que unas seis mil familias padezcan por la falta de alimentos y agua entubada.
El 9 de diciembre, el Ministerio de Gobernación publicó en el diario de Centro América el acuerdo 199-2020 que crea el Gabinete Específico de Reconstrucción por los daños causados por las depresiones tropicales Eta e Iota, que dejaron al descubierto lo vulnerable que es Guatemala ante los desastres naturales.
Daños por Eta e Iota.
Datos al 11 de diciembre 2020 a las 8 horas. Información Conred.
- 3 mil 416 incidentes atendidos
- 33 mil 203 personas en riesgo.
- 2 millones 423 mil 120 afectadas dejaron ambas tormentas.
- 1 millón 782 mil 560 personas damnificadas.
- 311 mil 245 personas evacuadas.
- 12 mil 81 personas en albergues oficiales.
- 267 mil 439 en albergues no oficiales.
Daños personales
- 100 personas desaparecidas.
- 30 heridos.
- 60 personas fallecidas.
Daños en la infraestructura
- 6 mil 459 viviendas en riesgo
- 19 mil 22 viviendas con daños leves.
- 56 mil 554 con daño moderado.
- 4 mil 310 casas con daño severo.
- 793 carreteras afectadas y 26 destruidas.
- 51 puentes destruidos.
- 456 escuelas afectadas.
Albergues con datos hasta el 2 de diciembre. Información Conred.
- 317 albergues funcionando.
- 30 mil 602 personas albergadas.