Juan Luis Barrios Ortega, quien asumió recientemente la presidencia de la Asociación Nacional del Café (Anacafé), brindó a Prensa Libre un panorama de cierre, así como las proyecciones para 2021, en la pospandemia.
Las estimaciones apuntan a una producción y exportación con niveles estables, pero en las siguientes cosechas habrá consecuencias por los estragos causados por las tormentas en noviembre.
Hasta octubre, las exportaciones de ese producto alcanzaban US$625 millones, según el Banco de Guatemala.
¿Cómo evolucionó el mercado en medio de la pandemia en los mercados?
Notamos un cambio principalmente en el punto de consumo. Como estuvieron cerrados los coffe shops –tiendas al detalle de productos de café–, se pasaron a comprar en supermercados, y no hubo una baja significativa en el consumo, pero sí en el punto de comercialización.
También hubo un aumento de las ventas por comercio electrónico y fue una estrategia que utilizaron los coffe shops, al verse obligados por no permitir el ingreso de comensales.
Los negocios que ya tenían sus plataformas continuaron sus ventas, pero desafortunadamente había tiendas que no estaban en canal de supermercados, ni en línea y tuvieron que cerrar.
¿Cuál es panorama para la temporada poscovid-19?
Dependerá del comportamiento de la pandemia y de las decisiones que tomaran los países consumidores.
Sobre aquellos puntos de venta que ya tenían sus canales de distribución, y ojalá puedan abrir sus puertas con cierta normalidad y poder balancear sus ingresos. Al no haber una caída en el consumo, nos hace pensar que está el deseo de consumir la bebida con el producto nacional.
Con el poscovid, es impulsar herramientas digitales con los productores de Guatemala, que puedan estar comercializando con los tostadores, y de esa manera se puedan obtener mejores precios, y los compradores puedan lograr economías en la intermediación.
Siempre habrá costos en el servicio logístico, y al poder brindar herramientas entre el productor y tostador, puedan lograrse mejores acuerdos en los negocios.
Le apostamos a esto, porque ya hay experiencias en ese tipo de negociación directa, y los servicios de intermediación sacrifican su margen, y no se les saca del eslabón, sino que es un poco más equitativo.
¿Cuál es el reporte actualizado por los daños por las tormentas?
En el caso de las familias productoras hay más de nueve mil 600 directamente afectadas, y en cuanto a áreas de cultivo, más de dos mil 800 manzanas y pérdidas estimadas en Q31 millones que es el reporte preliminar. Aún se está cuantificando el daño en la cosecha, que es lo más difícil.
¿Qué efecto podría esperarse?
Estimamos que la baja de producción para la cosecha 2020-21 será entre 1 a 2, porque una parte tiene que ver con plantaciones caídas y la otra por la maduración del grano y acceso al corte.
Parte del problema tiene que ver con daños severos a la infraestructura, y no todo se ha podido reparar, algunos productores no han podido ingresar a los cafetales y el fruto se empieza a secar o madurar.
Lo más seguro es que la pérdida en quintales continuará, pero esperamos que no supere el 2%.
¿Hay un doble efecto?
Es correcto, y eso solo es para esta cosecha. Sabemos que la recuperación de las plantaciones va a tardar de dos a 3 años en recuperarse, pero es una estimación temprana. Habrá áreas recuperables y otras con pérdida total.
¿Qué alertas mantienen en los cultivos?
Se están monitoreando por causa de las tormentas, porque creemos que podría haber un alza en roya -hongo- como broca, debido a los frutos caídos, lluvia tardía y condiciones de clima, y es algo que tenemos que empezar a vigilar.
¿Cómo se cerró el año cafetalero y qué perspectivas hay?
La cosecha 2019-20 en el ingreso de divisas fue de US$657 millones, y en cuanto a exportación fue de 4.16 millones de quintales, que es el dato año cafetalero en lo que va del 1 de octubre al 30 de septiembre.
Para la cosecha 2020-21 esperamos cerrar con un volumen muy similar, y el pronóstico antes de las tormentas era de 4.2 millones de quintales y vamos a determinar cómo salimos después de la tormenta, considerando que la baja es del 2%.
¿Las cifras muestran cierta estabilidad?
El precio nos subió en esta última cosecha, y efectivamente se ha estabilizado. Lo malo es que no se superen los costos de producción, y el precio de la bolsa de Nueva York en US$130 por quintal, tiene una resistencia, pero luego baja y sube y así se mantiene, y nos mantenemos en modo de supervivencia.
El precio promedio de la cosecha 2019-20 fue de US$157 por quintal, y de 2018-19 fue de US$143.
Cómo sector, ¿qué piensan sobre el TLC con Corea del Sur?
Nos interesa mucho, creemos que hay un aumento (de flujos de comercio) y en la última cosecha, Corea del Sur representó el 4.2% de las exportaciones, así que es un mercado interesante, y por eso insistimos sobre el acuerdo, ya que, en Centroamérica, somos el único país que no lo tiene y nos pone en desventaja.
Los nuevos nichos de mercados que estamos apuntando son Australia y Nueva Zelanda, que entre los dos representan 1.4% de ventas, y son consumidores que están acostumbrados a tomar un buen café, y hay potencial de crecimiento.
La República Popular de China representó el 3% de las exportaciones y hay oportunidades en los países asiáticos.