A principios ese mes asistió a una fiesta a sabiendas que la pandemia estaba activa y él tenía diabetes, pero las restricciones en California se habían relajado.
“Esa ha sido una experiencia muy dolorosa. Esto no es broma. Si tienen que salir, lleven una mascarilla y practiquen el distanciamiento social. No sean unos malditos idiotas como yo”, escribió Macias un día antes de morir el 21 de junio.
Incluso el Washington Post publicó su mensaje e historia a principios de julio, pero el arrepentimiento del estadounidense volvió estos días a acaparar la atención por lo fuerte que resultó ser la segunda ola de contagios de covid-19 en EE. UU. y Europa.
“Gracias a todos mis amigos que me trajeron comida y a aquellos que estuvieron pendientes de mí. Afortunadamente, con la ayuda de Dios podré sobrevivir a esto”, fueron las últimas palabras de su mensaje en Facebook.
Después de su muerte, el cuñado de Thomas, Gustavo López, dijo a la cadena CNN que antes de la fiesta en la que se contagió no había salido, pero Macias se había sentido muy aislado y era muy amigable, por lo que decidió reunirse con sus amigos.
Hasta este viernes 18 de noviembre casi 75 millones de personas se habían contagiado de coronavirus en el mundo, y más de un millón 600 mil han fallecido por la enfermedad.