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Verificamos por usted: ¿La vacuna me permitirá relajar las medidas de prevención?
La vacuna contra el coronavirus genera expectativas, pero mientras la mayor parte de la población no esté vacunada se deberá continuar con los protocolos de bioseguridad.
El gobierno lleva a cabo negociaciones para adquirir la vacuna de la farmacéutica estadounidense Moderna. (Foto: Hemeroteca Prensa Libre)
Las restricciones de no poder asistir a reuniones sociales, fiestas, eventos o convivir con libertad con seres queridos empieza a abrumar emocionalmente a la población mundial. Después de casi un año de distanciamiento físico y confinamientos, farmacéuticas cuyo producto ya fue aprobado comienzan a distribuir vacunas de acuerdo con las gestiones de los gobiernos para dar un respiro y combatir la emergencia sanitaria.
En Guatemala, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) dispondrá de Q1 mil 500 millones para comprar la vacuna. Junto con el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), se espera que 11 millones de personas reciban la inmunización completa -que consta de dos dosis-.
De momento el gobierno no anuncia una fecha concreta para dar inicio a la jornada de vacunación ni cuál adquirirá, aunque ha mostrado interés por las opciones que ofrece Moderna, AztraZeneca y Pfizer.
Esta última requiere un almacenamiento a menos de 70 grados centígrados para conservar su composición y garantizar su efectividad.
Con base en lo anterior, surgieron dudas en redes sociales y conversaciones cotidianas sobre si, al recibir la vacuna, las personas podrán retomar su vida social como lo hacían antes de la pandemia.
Al respecto, la comunidad científica da una respuesta tajante: al menos en 2021, aunque ya hayan sido inoculadas, las personas deberán guardar todas las medidas de prevención que se adoptaron desde el principio.
Es decir, será necesario seguir evitando las aglomeraciones, guardar el distanciamiento, portar la mascarilla y realizar un lavado constante de manos.
Óscar Barreneche, representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Guatemala, explica que de los tipos de vacunas que están en desarrollo no se ha determinado su capacidad para prevenir la transmisión del coronavirus.
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Lo que sí se sabe, explica, es que la vacuna ayudará a que las personas que resulten contagiadas no desarrollen una enfermedad grave con riesgo de muerte.
Uno de los impactos más inmediatos de la vacunación será disminuir la mortalidad por covid, añade.
“No conocemos la capacidad que tengan las vacunas para reducir los contagios. Por eso, si no estamos todos vacunados, necesitamos protegernos con las medidas de prevención y bioseguridad estándar, como la utilización de mascarilla, lavado de manos frecuente y distanciamiento físico”, afirma Barreneche.
Por su parte, la viceministra técnica de Salud Lucrecia Ramírez advierte que desde el MSPAS la instrucción de mantener las medidas de prevención sigue vigente mientras no se alcance a vacunar a la mayoría de la población.
Hasta el 12 de enero, la OPS/OMS reportaba 63 vacunas en ensayos clínicos. De estas, 21 se encuentran en fase III. En esta etapa se administran dosis a miles de personas y se comprueba su eficacia y seguridad.
Mario Melgar, presidente del Consejo Nacional de Prácticas en Inmunizaciones, indicó que todas las vacunas se han estudiado en un contexto en el cual se mantienen las medidas de prevención.
“Las vacunas funcionan bien en ese contexto; no sabemos cómo funcionan exponiéndonos libremente”, subraya Melgar, quien también forma parte del Comité Nacional de Coordinación para Vacunación contra covid-19.
La infectóloga Iris Cazali señaló que si bien la vacuna no garantiza que se evitarán los contagios, si el 85 por ciento de la población se inmuniza el virus tendrá menos posibilidades de permanecer vivo.
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Agrega que quienes reciban el tratamiento completo -estimado en dos dosis- probablemente no desarrollarán síntomas severos, pero sí podrían contagiar a otros que no se hayan inmunizado, y de ahí la importancia de mantener los protocolos de bioseguridad.
La mayoría de las vacunas que se encuentran en desarrollo fase III requieren de dos dosis para alcanzar la respuesta inmune deseada.
Dependiendo del tipo, la segunda dosis puede ser a los 14, 21 o 28 días después de la primera, según el documento El panorama de la vacuna candidata contra covid-19 de la OPS/OMS.
Lo anterior quiere decir que una persona puede tardar hasta un mes en alcanzar una protección aceptable contra el covid.
Esto también refuerza las razones de por qué no se deben relajar las medidas de prevención al ser vacunado, dice Barreneche.
Adrián Chávez García, exviceministro y analista de salud pública, coincide con el resto de los entrevistados en que no hay suficiente información acerca de la protección que puedan proporcionar las vacunas en escenarios no controlados.
“La ciencia va a adquiriendo información de manera continua, pero de momento tenemos que hacernos a la idea de que pasará algún tiempo hasta que podamos relajar las medidas de prevención”, enfatizó Chávez García.