Sin embargo, la familia del hombre dijo a medios estadounidense que es un guardia de seguridad, rechazando la idea de que tenía intenciones de hacer daño.
Quien será el jefe de gabinete del mandatario demócrata, Ron Klain, dijo en un memo al personal de la Casa Blanca entrante que los decretos abarcarán asuntos como la pandemia, la crisis económica, el cambio climático y la injusticia racial en Estados Unidos.
“Todas estas crisis demandan acción urgente”, dijo Klain, añadiendo que Biden firmará “cerca de una docena” de decretos tras su ceremonia de investidura el miércoles.
“En sus primeros diez días en el cargo, el presidente electo Biden tomará acciones decisivas para atender estas cuatro crisis, prevenir otros daños urgentes e irreversibles y restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo”, añadió.
Al recibir la Casa Blanca de Donald Trump, Biden también heredará una serie de desafíos.
Estados Unidos se está acercando rápidamente a los 400 mil muertos por la crisis de covid-19 y registra más de un millón de casos nuevos por semana a medida que el coronavirus se propaga sin control.
La economía también está débil, con 10 millones de empleos menos disponibles en comparación con el comienzo de la pandemia. Y los consumidores y las empresas estadounidenses están luchando por mantenerse a flote.
Biden reveló esta semana planes para obtener 1,9 billones de dólares para reactivar la economía a través de nuevos pagos de estímulo y otras ayudas, y dijo que planea acelerar los esfuerzos para distribuir la vacuna contra el covid-19 en todo el país.
Como prometió anteriormente, en el día de su investidura, Biden firmará decretos que incluyen un plan para que el país se una nuevamente al acuerdo climático de París y para revertir la prohibición de Trump a la entrada de personas de ciertos países de mayoría musulmana a Estados Unidos.
“El presidente electo Biden tomará medidas, no solo para revertir los daños más graves de la administración Trump, sino también para comenzar a hacer avanzar a nuestro país”, dijo Klain.
500 municiones
Washington está en alerta luego de que una turba de partidarios del presidente Donald Trump invadiera la sede del Congreso el 6 de enero. El asalto dejó cinco personas muertas, incluyendo un policía.
Funcionarios de seguridad han advertido que extremistas pro-Trump, posiblemente en poder de explosivos, son una amenaza para Washington al igual que para las capitales estatales en los próximos días.
Miles de miembros de la Guardia Nacional fueron desplegados en la capital estadounidense y calles en el centro han sido bloqueadas con barreras de concreto.
La noche del viernes, la policía detuvo a un hombre originario de Virginia cuando intentó acceder, usando una credencial “no autorizada”, a una zona restringida donde tendrá lugar la ceremonia de investidura de Biden, según un documento presentado en el Tribunal Superior de Washington, DC.
Al ser interrogado, Wesley Allen Beeler dijo que tenía una pistola Glock en el auto. La policía encontró una pistola cargada y más de 500 cartuchos de municiones, balas de escopeta y un cargador para la pistola, según el documento.
Beeler fue arrestado con cargos de posesión de un arma no registrada y posesión ilegal de municiones.
Pero el padre de Beeler dijo al New York Times que su hijo había estado trabajando como guardia de seguridad en los alrededores del Capitolio.
Consultado sobre si su hijo defiende una transición pacífica de poder, Paul Beeler le dijo al diario: “Esa es la razón por la que está ahí”.
Además del fuerte operativo de seguridad en Washington, algunas capitales estatales eran también resguardadas para prevenir hechos violentos.
Las protestas masivas que se esperaban no se materializaron el sábado, y las fuerzas del orden superaban en número a los simpatizantes de Trump frente a varios parlamentos locales, convertido en fortalezas, según medios estadounidenses.
En St Paul, Minnesota, cientos de policías, algunos con armas largas, rodearon el Capitolio, mientras integrantes de la Guardia Nacional daban respaldo.