Contingentes policiales y militares cercaron a los migrantes en una carretera del poblado de Vado Hondo, en el departamento de Chiquimula, en la frontera con Honduras. Después de que la caravana, que tiene unos seis mil miembros según la policía, insistiera en avanzar, los agentes usaron el gas lacrimógeno, haciéndola retroceder unos 200 metros.
#CrisisMigratoria | Ejército y PNC utilizan palos y gases lacrimógenos para hacer retroceder a miles de hondureños de la #CaravanaMigrante que buscan llegar a #EEUU.
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— Prensa Libre (@prensa_libre) January 17, 2021
Las autoridades migratorias de Guatemala informaron el sábado último que unos 1 mil hondureños habían sido devueltos a su país en los últimos tres días tras ingresar ilegalmente a su territorio con la intención de llegar hasta Estados Unidos.
El Instituto Guatemalteco de Migración dijo a periodistas que entre las 992 personas retornadas a Honduras habían 163 menores de edad, y que los migrantes fueron devueltos por miembros de su personal, en algunos casos, y por las fuerzas de seguridad en otros.
Los hondureños deportados forman parte de una caravana migrante conformada por más de nueve mil de sus compatriotas, según cálculos oficiales.
La caravana salió de San Pedro Sula, ciudad del norte de Honduras, en distintas fases entre los pasados miércoles, jueves y viernes.
El retorno obligatorio de los 992 hondureños se llevó a cabo por parte de las autoridades entre el jueves y este sábado, precisó el Instituto Guatemalteco de Migración.
La caravana, dividida en tres grupos de aproximadamente tres mil personas cada uno, se coló ilegalmente entre la noche del viernes y el sábado por el puesto fronterizo El Florido, Chiquimula, a 200 kilómetros al oeste de la Ciudad de Guatemala.
Los hondureños buscan llegar a Estados Unidos para tener mejores condiciones de vida, alejados de la pobreza y la violencia que azotan el istmo centroamericano, especialmente después de la pandemia y los huracanes Eta y Iota, que tocaron tierra en noviembre pasado.
Tras sobrepasar la frontera, la caravana avanza actualmente sobre por diversos sectores de Chiquimula en ruta hacia México, en primer lugar, y posteriormente hacia Estados Unidos.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad guatemaltecas continúan con sus intentos de detener a la multitud.
“No pueden pasar y no van a pasar”, le aseguró el director del Instituto Guatemalteco de Migración, Guillermo Díaz, a una parte de la caravana en el mismo departamento de Chiquimula.
Las palabras del funcionario se registraron específicamente en una carretera a la altura del municipio de Quezaltepeque, cercano a la frontera con Honduras, donde las fuerzas de seguridad mantienen una barrera para intentar impedir el avance de los migrantes.
De acuerdo al director del Instituto Guatemalteco de Migración, se han colocado más de 20 puestos de control policiales en la carretera que conduciría a los migrantes desde su actual posición en el oeste de Guatemala hasta la frontera con México, en el este del país.
“Es imposible que puedan continuar su ruta. Ya pudieron probar y no fue posible pasar. Las personas que ya pasaron ya fueron detenidas. Los invitamos a que regresen a su lugar de origen”, añadió Díaz.
La secretaria de comunicación social de la presidencia de Guatemala, Patricia Letona, indicó a periodistas que las autoridades “no dejamos entrar” a los hondureños, pero los migrantes “violentaron las fronteras y disposiciones legales vigentes”