“La actividad empresarial en el país la está aportando Guatemala, Quetzaltenango, Escuintla y Sacatepéquez, y el resto del país tiene un comportamiento relativamente bajo, y eso explica por la concentración de la población en la región 1”, expuso Luis Pablo San José, investigador de Asíes.
Comentó que la actividad de comercio al por mayor y menor aporta el 20% del PIB, y explica que, durante los meses de pandemia y las medidas de confinamiento, el Índice Mensual de la Actividad Económica (Imae) disminuyó drásticamente en 2020.
La industria manufacturera también se vio afectada por las acciones adoptadas, y aunque aporta el 15% al PIB, pero que están muy ligadas al comercio, seguido de la agricultura con 10% y transporte y almacenamiento 9%.
El investigador subrayó que el comercio es la actividad que mayor cantidad de empleos formales se registra en la región 1, y el 70% de la población económicamente activa (PEA) se concentra en la actividad informal, por lo que “es complicado dinamizar el mercado interno, porque es baja la demanda” indicó.
“Hay que atacar el mercado informal y es una buena opción para mejorar el mercado interno”, agregó Juan Luis Carrillo, representante de la Red Nacional de Grupos Gestores.
Ejes puntuales
El analista Pedro Prado dijo que una de las metas es elevar la competitividad del mercado interno en Guatemala, y eso requiere: aumentar el gasto social, sobre todo en combatir un flagelo existente que es la desnutrición crónica y en la medida que se atienda este tema se contará con un capital social mejor capacitado, que es determinante en el desarrollo del mercado.
El otro eje es que se necesita mayor inversión en infraestructura, que posee un efecto multiplicador en la economía. Y finalmente la necesidad de descentralizar las funciones del Estado para atender mejor a los agentes económicos y unidades productivas.
Prado añadió que debe haber una mayor fiscalización a los recursos que ejecutan los Consejos Departamentales de Desarrollo, y revisar cuáles son los efectos para las economías locales, y uno de los planteamientos en las mesas de trabajo para las modificaciones al presupuesto 2021 es la revisión y disminución de los montos asignados.
Potencial en regiones
La investigación analizó el comportamiento del consumo interno en un período de contracción de la economía, y confirmó que existe un potencial de crecimiento; pero se necesitan acciones a desarrollar, sobre todo en tres regiones donde se mantiene débil la medición.
La muestra señala que en la región II (Alta y Baja Verapaz); región IV (Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa); región VII (Huehuetenango y Quiché), son lugares con potencial de crecimiento, pero se carecen de varias iniciativas públicas que incluso tienen que ver con temas sociales como el combate a la desnutrición, pobreza extrema, educación, entre otros.
“El panorama actual es complicado, no obstante, podría representar oportunidad de dinamizar el mercado interno impulsando cambios desde la política económica y social que propicien una recuperación”, resalta el informe.
La iniciativa propone que se debe trabajar con transparencia y eficacia para coordinar las intervenciones necesarias que permitan mejorar entre otros aspectos, la conectividad, impulsar inversiones -publico y privadas- que permitan la generación de más empleos formales, subraya el documento.
El análisis determinó el número de población por región, el mercado laboral -formal e informal-, las actividades productivas -primario, secundario y terciario-, el número de empresas registradas -domicilio fiscal-, ingresos fiscales, y el Índice de Precios al Consumidor (IPC).