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En un comunicado la Fiscalía de la entidad relató que los agentes policiales fueron alertados por un vecino sobre gritos de personas que pedían auxilio en un terreno habilitado como campamento.
En el predio ubicaron a personas procedentes de El Salvador, entre ellos 4 mujeres y 10 hombres; Guatemala (5), Honduras (3 mujeres y 19 hombres) además de ocho jóvenes de México.
Según la dependencia, a excepción de los últimos, los migrantes solicitaron ayuda a las autoridades para regresar a sus lugares de origen.
La Fiscalía señaló que tras entrevistar a los migrantes éstos relataron “que su intención era cruzar a Estados Unidos”, sin embargo, las personas (traficante de personas) con las que habían hecho el trato para trasladarlos “exigieron un mayor pago”.
Por lo que al negarse a pagar les indicaron “que serían entregados a otro grupo”, por lo que pidieron ayuda.
Tras las revisiones de físicas y de salud, los agentes entregaron a los migrantes al Instituto Nacional de Migración, instancia que se encargará de corroborar su estatus legal en el país
El estado de Tamulipas, frontera con Estados Unidos, es un paso obligado para los migrantes que entran a México con la intención de llegar a la frontera norte.
El pasado 23 de enero, las autoridades hallaron dos camionetas calcinadas, una de ellas con 19 cadáveres en el interior, en el poblado de Santa Anita, en el municipio de Camargo, fronterizo con Texas (Estados Unidos) y el estado mexicano de Nuevo León.
Este miércoles, el gobernador de Tamaulipas (norte de México), Francisco García Cabeza de Vaca, prometió que “no habrá impunidad” en el caso de las 19 personas asesinadas y calcinadas, la mayoría presuntamente migrantes, y aseguró que está en contacto con el Gobierno de Guatemala para la identificación de las víctimas.